Monseñor Gänswein y España

Pero lo que no se ha recalcado suficientemente ha sido su relación con España y con destacadas personalidades de nuestra Iglesia, en particular con el Cardenal Rouco Varela, que asistió a la consagración episcopal del "epíscopos" de la Casa Pontificia.

Por cierto, hay que señalar también que en la ceremonia de la ordenación episcopal del día de la Epifanía se encontraba otro arzobispo español invitado: Monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Valencia. La razón de su presencia se encuentra en su estrecha amistad con quien fue otro de los protagonistas de la ceremonia, monseñor Nicolas Thevenin, nombrado Nuncio Apostólico en Guatemala. Monseñor Thevenin es un fino y aventajado alumno de la prestigiosa escuela diplomática de la Iglesia, que fue, nada más y nada menos que secretario personal del cardenal Bertone, en los primeros años de éste como Secretario de Estado del Vaticano, y que hasta hora ocupaba el cargo de responsable de la Secretaría de Estado en la Casa Pontificia. Monseñor Thevenin es, sin duda, uno de los hombres claves de Benedicto XVI en este momento del Pontificado y lo va a ser de la Iglesia en América.

Pero lo que no debemos olvidar es la raíz y razón de la estrecha relación que monseñor Gänswein tiene con el arzobispo de Madrid. No en vano, como se puede comprobar en las hemerotecas, a la celebración del veinticinco aniversario de la ordenación sacerdotal del hasta ahora secretario del Papa asistió el cardenal Rouco como invitado particular, acompañando a quien es el maestro académico y mentor del nuevo arzobispo, el profesor alemán Wilfried Aymans. Este académico, que fue hasta hace poco el director del Prestigioso Instituto de Derecho Canónico de la Universidad Ludwig-Maximilian, de Munich, es, junto al arzobispo de Madrid, el discípulo predilecto y principal del canonista alemán Klaus Mörsdof, padre de la Escuela que revolucionó la doctrina canonística contemporánea a través de la fundamentación teológica del Derecho Canónico. Un círculo al que muy pronto se integró, desde la vertiente estrictamente teológica, el profesor Joseph Ratzinger. Un círculo con el que Benedicto XVI sigue manteniendo estrechas vinculaciones.

Una de las curiosidades de la biografía de monseñor Gänswein, -por cierto, ya contada por Antonio Pelayo en la Revista Vida Nueva- es la de que su llegada a la Curia Vaticana se produjo de la mano de otro español, el cardenal Eduardo Martínez Somalo. A partir de ahí se inició un periplo de servicio a la Iglesia romana y universal, que tuvo su suerte académica, en este caso con su docencia en al Universidad de la Santa Cruz. Una paradoja de y para la historia: fue en una Universidad influida por una concepción civilista del Derecho Canónico la que dio cobijo a un joven profesor exponente de una concepción, vamos a decir en estos momentos, complementaria.

La ordenación episcopal de la Epifanía, en Roma, ha tenido también sabor español. Sin lugar a dudas, para bien de la Iglesia en España.

jfsoc@ono.com

 
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