Por Mercedes De La Torre

Cambios en los medios de comunicación vaticanos


El proceso de Reforma vaticana abarcará también a sus medios de comunicación: Radio Vaticana, Centro Televisivo Vaticano (CTV) y L’Osservatore Romano. La Santa Sede ha pedido asesoría a la famosa firma McKinsey para diseñar un plan para que “la organización de los medios de comunicación de la Santa Sede sea más funcional, eficaz y moderna”.


Esta iniciativa, según ha precisado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tiene raíz en la Pontificia Comisión Referente de estudio y guía para los Asuntos Económicos y Administrativos de la Santa Sede y será realizada “en estrecha colaboración con los responsables de los departamentos interesados”, entre ellos sus directores: el padre Federico Lombardi (Radio Vaticana), monseñor Dario Edoardo Vigano (CTV) y Giovanni Maria Vian (L’Osservatore Romano).


Además, de acuerdo a la estructura comunicativa vaticana actual, se podría esperar también que se analice la relación de estos medios con el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales (PCCS), la Oficina de Prensa de la Santa Sede e incluso con el Vatican Information Service (VIS).

 

 

Es interesante que McKinsey ha recibido este encargo a través de un “procedimiento formal de concurso y selección” que realizó la Comisión. El servicio de asesoría como tal comenzó el 18 de diciembre y tiene el objetivo de “facilitar a la Comisión los elementos útiles para las recomendaciones oportunas al Santo Padre a ese respecto”.


 

A la par de este proyecto de asesoría en los medios de comunicación vaticanos, una nota oficial señala que la Pontificia Comisión Referente de estudio y guía para los asuntos económicos y administrativos de la Santa Sede ha confiado del mismo modo a KPMG “alinear los procedimientos contables de todos los entes de la Santa Sede a las normas internacionales”.


En el caso concreto de la consultoría externa comunicativa, este anuncio ha causado diferentes reacciones, algunas opuestas entre ellas. Por una parte, fuera del Vaticano ha generado agrado porque es percibido como “progreso” que la Santa Sede elija a compañías que cuentan con gran prestigio internacional ayuda para mejorar sus procedimientos.


Sin embargo, al interior de los muros vaticanos las opiniones están divididas. Algunos consideran que los medios están bien y que no tienen que cambiar, otros en cambio creen que es necesario modernizarlos y mejorar los servicios. Además, una corriente de críticos ha expresado su desacuerdo, incluso ha citado una parte de la entrevista ‘Luz del mundo’ que Peter Seewald realizó a Benedicto XVI para remarcar que “la Iglesia no es una empresa” que busca beneficios (profit), sino que “es una comunidad de personas que vive en la fe” por lo que su tarea “no es crear un producto o tener éxito en las ventas” sino vivir “ejemplarmente la fe, anunciarla y mantener una profunda relación con Cristo”.


Me parece que si estos cambios se dirigen a la mejoría de los medios de comunicación vaticana para proporcionar un mejor servicio para el anuncio del Evangelio será de gran utilidad a la Iglesia Universal y no debe ser leído como “una decisión mundana” contraria al espíritu del proceso de Reforma emprendido por el Papa Francisco. 


Además, el hecho de dejarse asesorar por expertos podría ser intepretado también como una decisión tomada con fuerte espíritu de humildad para que la estructural eclesial -algunos dicasterios vaticanos y en este caso los medios de comunicación- mejoren la administración de los recursos materiales y humanos con los que cuentan. Quedará esperar a ver los cambios concretos que se realizarán para poder opinar más profundamente.


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