Otra vez monseñor Vera

Jesucristo fue un hombre muy especial en su tiempo. Se atrevió a proclamar la verdad por encima de las consecuencias que le acarrearía. Pero a veces tendemos a generalizar en exceso las acciones del que es Maestro y modelo de todos los que nos llamamos cristianos. Cristo se enfrentó al poder político, sí, pero cuando este estaba equivocado o actuaba injustamente, no por simple lucha de clases. Criticó a los ricos, sí, pero hay muchas formas de ser rico, no solo económicamente. También José de Arimatea fue rico y sin embargo fue el que donó el lugar donde fue Cristo sepultado. Jesús defendió la verdad por encima de todo, también por encima de la economía y la política, de los que tienen más y de los que tienen menos. Porque la corrupción viene de dentro del hombre, no de fuera. Él vino a salvar a los pecadores y llamó a un publicano que estaba en su mesa cobrando impuestos. Por eso la Teología de la Liberación debe cogerse con pinzas, porque todo texto sin su contexto es un pretexto.

En el 33º Congreso de Teología "La Teología de la Liberación HOY" monseñor Vera ha vuelto a sacar los pies del tiesto defendiendo lo que él considera la verdad del Evangelio. Cosa muy lícita hasta que se critica públicamente la decisión estudiada, debatida y meditada de la Iglesia así como su enseñanza y doctrina. Si reconocemos que la Iglesia es Madre y Maestra hay afirmaciones que no se pueden hacer a la ligera, con tanto desparpajo y aspaviento. Y si no, lo que habrá que hacer es dejar de considerarse católico. Claro que todos podemos sugerir humildemente que creemos que algo no se está haciendo bien. Pero creo que es fácil observar la diferencia entre la sugerencia que busca sinceramente la verdad por encima del propio criterio y la demagogia de la crítica publicista.

Según informa aciprensa en este Congreso, el obispo de Saltillo, en Méjico, ha dejado claro que la Teología de la Liberación no es la única innovación que propone, sino también que se despenalice el aborto como parte del famoso derecho a decidir. Por otra parte, Monseñor Vera también ha ridiculizado la enseñanza del Catecismo sobre la homosexualidad así como las declaraciones y enseñanzas de la Iglesia ante temas variados. Determinados comportamientos lo que hacen es fomentar la división en la Iglesia y hacen que se genere entre gente con menos formación sobre estos temas la desconfianza. Una desconfianza hacia la Iglesia que priva de la búsqueda de respuestas que todos necesitamos ante los temas controvertidos. Pero quizás no hay que sorprenderse demasiado, esto ya estaba con Lutero.

Zenón de Elea

 

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