Si a mí me persiguieron…

Una nueva ola de violencia en Egipto ha causado incendios y destrozos en 20 iglesias cristianas. El motivo parece ser una represalia por parte de los seguidores de Mursi y de los Hermanos Musulmanes. Hace unos días el ejército y las fuerzas de seguridad disolvieron acampadas de manifestantes que protestaban en El Cairo para que volviera el presidente derrocado.

Es cierto que Cristo lo avisó: os mando como ovejas entre lobos, si a mí me han perseguido también a vosotros os perseguirán, no es el discípulo más que su maestro... Pero las matanzas y fuertes ataques contra los cristianos se están volviendo tan constantes que nos hacen caer en la costumbre. Dan igual los muertos y los ataques. Se justifica diciendo que Egipto es un país con problemas. "Son cosas que pasan". Quizás la indiferencia puede venir también por parte de los cristianos occidentales que estamos cómodamente sentados en el sofá. Quizás no sepamos valorar como es debido el hecho de poder ir a Misa sin que nos caiga una bomba.

Los cristianos de Egipto están sintiendo más que muchos el peso de la cruz. Ahora algunos musulmanes les acusan de ir contra Mursi. Ser cristiano allí es cada vez más un deporte de riesgo. Hay que tenerlo en cuenta: "Si a mí me persiguieron" para no caer en la desesperación pero no para caer en la apatía y la indiferencia. Estaba previsto pero no por eso podemos dormirnos.

Zenón de Elea

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