El pecado público de Bono

El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, no cesa de confesar su condición de católico y de sorprender por su pertinaz empeño por expresar opiniones contrarias a la doctrina cristiana. En una entrevista con el diario El Mundo hacía alarde, este domingo, de haber comulgado a pesar de saber que su apoyo expreso a la ley del aborto libre lo pone en pecado público. Lo más llamativo de su postura es que está convencido de que la nueva ley reducirá el número de abortos, y por eso, dice, considera que su posición es acorde al Magisterio de la Iglesia. Numerosos expertos han advertido de lo contrario, pero él mismo lo podrá comprobar en pocos meses.

Zenón de Elea

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