El obispo Juan María Uriarte y el caso Cuatrecasas-Martínez

Juan Maria Uriarte.

Mucho se ha dicho y escrito sobre el que fuera primero obispo auxiliar de Bilbao y luego titular de Zamora y de San Sebastián, aquí en sustitución de José María Setién. La personalidad de Juan María Uriarte no le permitía estar quieto. Ejemplo de ello es el último libro que escribió, sobre el sexo y el género, y que hace sólo unas semanas editaran los jesuitas de Mensajero. Un libro que hay que leer con lupa.

Más allá de este último libro, hay un dato de su vida que no debe pasar inadvertido: lo que Juan María Uriarte opinaba y decía del caso Cuatrecasas-Martínez, el de los supuestos abusos cometidos en el Colegio Gaztelueta.

A quien le quiso escuchar, a quien le quiso oír, llámase cardenal Juan José Omella, llámese monseñor José Antonio Satué, llámese obispo de Bilbao, obispo de San Sebastián, o quien fuera, don Juan Mari, como amigablemente se le conocía, insistía en la inocencia del profesor de Gaztelueta José María Martínez.

Con argumentos sólidos, con experiencia de vida y de haber tenido que gestionar algunos casos de abusos a lo largo de su ministerio, a monseñor Uriarte había que escucharle hablar de éste. No era fácil que se tragara ningún sapo, ni que le vendieran una moto. Sabía distinguir la verdad de lo imaginado, la sinceridad de la pose. Lógica y razones.

Algo que no dudamos hicieron con mucha atención tanto el cardenal Omella como el obispo delegado presidente del tribunal canónico.

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De lo que decía don Juan Mari doy fe de ello.

Zenón de Elea