Mis impresiones sobre el nuevo portavoz de la Iglesia en España

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Mons. Luis Argüello.

Como han descrito algunos compañeros de la prensa que habitualmente cubren información religiosa, Monseñor Luis Argüello transmitió, en su primera comparecencia ante los medios de comunicación, cercanía, serenidad, mensajes claros y respuestas transparentes.

Sí, respuestas claras y transparentes. Se sometió a todas las preguntas que quisieron hacerles los periodistas. Y no le vi a la defensiva, lo cual no quiere decir que sea lo habitual en la comunicación de la Iglesia, pero en ciertos ambientes eclesiales, es lo que todavía se lleva.

Luis Argüello transmitió naturalidad, asumió y reconoció los riesgos y debilidades de la Iglesia actual pero también, supo aprovechar la oportunidad para lanzar mensajes optimistas sobre el papel tan importante de la Iglesia en el siglo XXI.

Tuvo tiempo hasta de bromear: “Soy más bajo que José María Gil Tamayo, tengo menos cuerpo y algo más de pelo”.

A los periodistas también nos gustó que comprendiera nuestra profesión: “Ustedes buscan titulares”, claro que luego matizó que algunos titulares centran y otros “descentran” pero es el riesgo y el juego de esta sociedad tan mediática en el que las redes sociales tienen tanta influencia y los periodistas buscamos informar y “vender” noticias. Y yo, por lo menos, busco la verdad. 

Sin embargo, en esta primera comparecencia no se le vio, como digo, ni a la defensiva, ni con miedo al “enemigo” ni excesivamente prudente. Se mostró abierto. Se le veía a gusto y los periodistas creo que también lo estábamos.

Su presencia, de primeras, se asemeja a un “curilla” de provincia (así es como le han definido algunos amigos). De provincia es, pues es el obispo auxiliar de Valladolid y aunque ha confesado que su corazón va a estar “partido”, entre la CEE y su diócesis, ha manifestado que no piensa renunciar a su cercanía con el pueblo de Dios que peregrina en Valladolid.

Pero este “curilla” sabe mucho, es muy docto y está muy bien preparado. Con razón es obispo.

Me da la impresión que va a saber lidiar con las más altas esferas, creando esa tan deseada cultura del encuentro que tanto repite el Papa Francisco, pero también, pienso que defenderá con sabia argumentación (que no con uñas y dientes) lo que son los derechos de la Iglesia Católica.

 

Por último, ha repetido en varias ocasiones que la Iglesia no son solo los obispos, sino todo el pueblo de Dios.

Buen comienzo monseñor y mucha suerte.  

Zenón de Elea.

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