Si gana la izquierda en Madrid, adiós a la educación concertada
Dudo mucho que Pablo Iglesias entienda el significado de libertad. Por si lo ha olvidado, es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra. De poder elegir sin que nadie le imponga. Al candidato de Unidas-Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid así como a la izquierda actual de este país, parece que le trae sin cuidado este concepto tan esencial del ser humano. Y del que tanto hablan.
Pero vamos a ver. Pablo Iglesias no quiere que le "adoctrinen" a sus hijos en aquellas "doctrinas" que él no comparte. Obviamente. Por esta razón, elegirá un colegio acorde a sus ideas y pensamientos. Ojalá en dicho centro enseñen a los alumnos a tener espíritu crítico y respetar todas las creencias e ideologías.
Lo mismo les pasa a los padres católicos. No "quieren" que los centros estatales, algunos al menos, "adoctrinen" a sus hijos en ideas contrarias a sus valores y sus principios. Por eso eligen otro tipo de colegios apoyados por el Estado: los concertados. Ojalá también en estos centros eduquen a los alumnos con espíritu crítico, sin prejuzgar a nadie.
Pues si esto es tan elemental, si ha funcionado tan bien en España desde el inicio de la democracia ¿cuál es el empeño de la izquierda radical de destrozar, arruinar, machacar, esclavizar la libertad de todos los padres? ¡Qué el dinero público es de todos, de todos! De los ateos y de los católicos. De los de izquierda y de los de derechas.
Pues va Pablo Iglesias, como cabía esperar, y en uno de sus primeros actos de campaña, arremete contra la educación concertada calificándola de "dispositivo de adoctrinamiento ideológico".
¿De verdad cree Pablo Iglesias que en los colegios concertados católicos no se respeta la diversidad sexual o la igualdad entre hombres y mujeres? Otra cosa es que no se "adoctrine" en la ideología de género y se eduque conforme a la antropología cristiana, sin juzgar, sin escandalizar y acompañando a los alumnos en su identidad sexual.
La diferencia es que en los colegios públicos se imparte una educación afectivo-sexual distinta a la que se imparte en los colegios concertados católicos, y de eso va la libertad. Pablo Iglesias puede educar a sus hijos diciéndoles que pueden elegir ser chicos o chicas cuando les de la gana, y otros padres educan a sus hijos integrando su sexo biológico con su identidad sexual.
Y por último, ¿es que con el dinero público, el de todos, el de los católicos también, no se puede sufragar colegios confesionales ya sean católicos, musulmanes o judíos?
Pablo Iglesias no entiende de libertad, entiende de imposición. Lo suyo es lo que vale, es la verdad. Su doctrina es la verdadera. Esto es lo que nos espera en Madrid si gobierna la izquierda radical.
Dios nos coja confesados.
Zenón de Elea.