La anécdota del Papa y el guardia suizo

Recientemente cuando el Papa salía de su departamento en Santa Marta, se encontró con un Guardia Suizo fuera de su Puerta. El Papa, le pregunto qué hacia ahí, y que si había estado despierto toda la noche.

- "Si" contesto respetuosamente el guardia.

- ¿De pie? pregunto el Papa. ¿No se ha cansado?

- " Es mi deber Su Santidad, por su seguridad".

El Papa, lo miro amablemente, regreso a su departamento, y transcurridos algunos minutos regreso nuevamente trayendo entre su manos una silla.

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- Al menos siéntese y descanse – dijo S.S.

Muy sorprendido el guardia le respondió:

- " Discúlpeme S.S., pero no puedo, las reglas no lo permiten".

- " ¿Las reglas dijo Francisco?".

- " Mi capitán Su Santidad ", respondió el Guardia.

- "Bueno, pero yo soy el Papa y le pido que se siente".

Un poco más tarde, el Papa regresó con un poco de pan y jamón, lo entrego al guardia y le dijo:

- " Bon apettit hermano mío "

El día a día del papa Francisco habla por si solo y es su mejor medio de evangelizacíon, de predicar con el ejemplo.

Zenón de Elea