Señor Garzón, deje a los muertos descansar en paz

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Existe una manía perniciosa e insistente de airear lo que tanto trabajo y sangre ha costado cerrar. El diario Público vuelve a dar voz al juez Garzón para escuchar sus reflexiones acerca de la solución ideal para "reparar la memoria colectiva". La llamada Memoria Histórica ha sido manipulada y reconducida por caminos políticos e ideológicos que solo consiguen polarizar de nuevo España. La ley de la Amnistía, mala o buena en su momento, quiso empezar de cero, olvidar. Gente que debería estar en la cárcel salió fuera pero también prisioneros que hacía mucho que deberían haber estado fuera, consiguieron salir.

En las guerras se cometen injusticias (por ambos bandos, por cierto, no solo el que nos viene bien). Hagamos desaparecer el concepto de "buenos" y "malos" hay cosas que no son tan sencillas. ¿De verdad pretendemos hacer justicia de una guerra sentados desde nuestro sofá? Imaginémosno la "justicia" de la II Guerra Mundial, o de la Guerra de Vietnam o del genocidio de Ruanda. ¿De verdad se puede hacer eso abriendo tumbas y mareando papeles de gente que ya roza los 70 años? La brillante solución de Garzón es "hacer desaparecer la connotación fascista del Valle de los Caídos". Dan ganas de preguntar al magistrado que cómo pretende hacer eso. Pero al preguntarle eso caeríamos en su juego. La pregunta debería ser que por qué ese empeño de darle una connotación fascista. Hay una gran leyenda negra en torno a ese monumento que los españoles de toda condición e ideario político tendemos a alimentar por dejarnos llevar por declaraciones como estas. La "connotación fascista" se la da el señor Garzón, el diario Público en este caso y el resto de población que les hacemos caso y les seguimos en su discurso demagógico. Ojalá algún día dejemos de abrir tumbas y de ahondar en heridas que ya de por sí tardan en cerrarse.

Zenón de Elea

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