Polémica por la celebración de una misa en la Universidad de Oviedo
Arranca el curso en la Universidad de Oviedo y, como es tradición en numerosas instituciones tanto públicas como privadas, se celebra la Santa Misa. La asistencia, por supuesto, no tiene carácter obligatorio. Pero aquél que quiera en una España con un 70% de población que se declara creyente puede participar de este sacramento como muestra de alabanza, petición y acción de gracias.
Sin embargo, a la Asamblea de Estudiantes le ha parecido una "anacrónica tradición" que debe ser "suprimida". Cuenta La Nueva España que, a la salida de la capilla, estos jóvenes contrarios a la celebración colocaron un cartel en el que se podía leer que "la religión no debe de tener cabida en la institución universitaria". Y calificaban el acto de "bochornoso".
Hay una tendencia desmedida a confundir entre el espacio público y el espacio político. Y no son lo mismo. De ese error nacen muchos "ismos" que atenazan a las religiones en todo e mundo. Surgen los fundamentalismos como el islámico, que considera una equivalencia moral matar a cuatro diplomáticos estadounidenses en Libia, incluido el embajador, con hacer un vídeo difamatorio contra Mahoma. también hay fundamentalísimos de raíz cristiana en las muchas pequeñas sectas ue toman terreno, sobre todo, en Iberoamérica. Pero el más extendido es el fundamentalismo ateo que quiere acabar de raíz con la vivencia del hecho religioso.
El hecho religioso acompaña al hombre en su naturaleza. Como el hombre vive en un espacio público, debe también vivir ese hecho religioso en el espacio público. No en el político, muy bien aclarado por el Concilio Vaticano II cuyo arranque vamos a conmemorar, pero sí en el público. La universidad es un espacio público, no político. Esperemos...
Zenón de Elea
