Francisco en las favelas

Será uno de los gestos más esperados y está casi asegurado. El Papa Francisco, que ya ha anunciado que participará con los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro este verano, no perderá la oportunidad de este singular viaje para visitar alguna de las favelas gigantes de la ciudad.

De hecho, el arzobispo de Río, monseñor Orani João Tempesta, ha comunicado su deseo de llevar al Papa a conocer uno de esas favelas, que no difieren demasiado de las llamadas "villa miseria" que ha visitado como arzobispo de Buenos Aires.

Monseñor Tempesta ha explicado que sueña con "llevar al Papa Francisco al Cristo Redentor. Pero otra cosa que quisiera es llevarlo a una comunidad pobre, a una favela".

El trabajo de la Iglesia con los pobres es siempre crucial porque no solo les llevan la ayuda material que puedan necesitar sino, sobre todo, el consuelo espiritual que ofrece el Señor cuando muestra la igual dignidad de todos los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios. De esto van a aprender mucho los jóvenes peregrinos que vayan a Brasil con la Archidiócesis de Madrid porque se está preparando ya el trabajo misionero que llevarán a cabo los días previos precisamente en esas favelas en las que posiblemente se encontrarán al Papa Francisco.

Y seguro que el Papa Francisco está encantado con la idea de visitar las favelas que le propone el arzobispo de la diócesis y mostrar esa Iglesia pobre y para los pobres que aseguró que le gustaría tener. No es el único pontífice que en sus viajes se acerca a la pobreza. De hecho, en todos sus viajes, tanto Benedicto XVI como Juan Pablo II han reservado siempre algún momento de su actividad para visitar a personas con pocos recursos que sufren y que son siempre testimonio de la fe.

Un Papa, unos Papas, una Iglesia que lleva más de veinte siglos dando testimonio de fe en el servicio a toda la Humanidad.

Zenón de Elea