Emmerich, 2012 y las religiones

El viernes 13 llegó a las pantallas españolas la última película de alemán Roland Emmerich: "2012", "una aventura épica acerca de un cataclismo global que pone fin al mundo”, según su propia publicidad. Llama la atención el tratamiento que en el filme reciben las principales religiones. Lo destaca Rafael J. Pérez Pallarés, el vicedelegado de medios de la diócesis de Málaga en su web: "La referencia a Dios sólo la encontramos en quienes mueren. Muchos de los que perecen mueren rezando, incluidos católicos, junto al Papa. La oración se erige como un recurso 'in extremis' sin resultado alguno; se produce el derrumbe de la cúpula de San Pedro del Vaticano; pero no se derrumba ninguna mezquita". El propio Emmerich admite su autocensura para evitar recibir una amenaza de muerte desde ámbitos islámicos. La película, concluye, Pallarés, refleja "un mundo, en el que el hombre, de la mano del budismo, que sí sube al arca de la mano de una familia, es el protagonista de su destino".

Zenón de Elea

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