Dignificar a las personas

La semana pasada, mientras Bárcenas, Griñán, el terrible accidente de tren de Santiago de Compostela y las impresionantes imágenes de la Jornada Mundial de la Juventud copaban las portadas, la versión digital del diario El Mundo le reservaba un espacio en uno de sus blogs a las historias con nombre y rostro que dos de sus reporteros, Raquel Villaécija y Alberto Rojas, se han traído desde la República Democrática del Congo.

Entre los testimonios desligados en los post cotidianos en los que desgranaban las heridas dejadas por los eternos conflictos de la zona, hubo uno que contenía un pequeño detalle que es una síntesis perfecta de la callada labor de la Iglesia católica.

Se trataba de un texto sobre la desinteresada tarea de unos salesianos en un el centro Don Bosco de Goma, donde atendían a niños sin hogar y mujeres en situación de exclusión. Describían el espacio como un lugar donde se oían risas en medio de la adversidad.

Pero lo más llamativo es este pequeño párrafo, inserto a mitad del texto, que reproducimos: "Queríamos dedicar el último capítulo de este blog a ellos y a la labor que hacen, tan importante para los menores de Congo. Dignifican a las personas por encima de la violencia y los intereses que desangran el país".

Los dos reporteros de El Mundo han caído en la cuenta de ese detalle singular que hace tan especial la labor de la Iglesia: dignifican a las personas.

Vídeo del día

Isabel Díaz Ayuso: El Dos de Mayo muestra un Madrid "resonante"
y una España que nunca se rindió

 

Zenón de Elea