Por presión de la familia, la Santa Sede reabre el caso de Emanuela Orlandi, desaparecida en el Vaticano

El Promotor de Justicia abre expediente de la adolescente que desapareció misteriosamente en el centro de Roma en 1983

Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, sostiene un cartel de búsqueda en la plaza de San Pedro. EFE
Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, sostiene un cartel de búsqueda en la plaza de San Pedro. EFE

El caso de Emanuela Orlandi, la hija adolescente de un funcionario del Vaticano desaparecido en 1983, está siendo investigado por la Promotora de Justicia del Vaticano. Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, dijo el 9 de enero que Alessandro Diddi, el Promotor de Justicia del Vaticano, aprobó esta decisión, en parte en respuesta a las súplicas de la familia Orlandi, señala Vatican News. 

Según la agencia de noticias Adnkronos, el fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, dijo que "todos los archivos, documentos, informes, información y testimonios" relacionados con el caso serán reexaminados para "no dejar piedra sin remover". 

Tanto Pietro Orlandi -quien ha liderado la búsqueda de su hermana- como los otros miembros de su familia aguardan resolver el misterio de su desaparición. 

La madre y el hermano viven en el Vaticano 

Emanuela, residente de la Ciudad del Vaticano e hija de un empleado bancario del Vaticano, desapareció en Roma el 22 de junio de 1983, cuando tenía 15 años. La madre y el hermano de la niña aún viven dentro de los muros del Vaticano y han estado abogando por que se investigue su caso, informa el diario La Croix.

Recientemente, Netflix produjo una serie documental con testimonios de la familia y algunos implicados, además de analizar diversas hipótesis. 

Algunos datos de su desaparición 

El 22 de junio de 1983 Emanuela Orlandi le pidió a su hermano Pietro que la acompañara a la clase de flauta que tenía en la tarde.

Pietro se negó. Y es una de las decisiones que más se lamenta en su vida, porque esa fue la última vez que él y los otros seis miembros de su familia vieron a Emanuela, describe BBC.

Orlandi tenía 15 años y era una de los cinco hermanos de una familia residente en la Ciudad del Vaticano, en Roma, debido a que el padre trabajaba como funcionario en la Santa Sede. 

Su desaparición en la Plaza de San Apolinar, en el centro de Roma, después de que salió a aquella clase de música, ha sido una de las intrigas en la historia reciente de Italia y, sobre todo, uno de los misterios sin resolver que sigue resonando dentro de los muros vaticanos.

 

La única pista que tenía la familia era una llamada que había hecho Emanuela a la casa donde avisaba que alguien se le había acercado en un vehículo.

"Nos contó que se le había acercado alguien para ofrecerle vender productos Avon", recuerda su hermana Federica en el documental de Netflix.

Distintas hipótesis 

Tal y como publicaba Religión Confidencial en 2019, se barajaban distintas hipótesis que nunca se llegaron a confirmar por la Justicia italiana: si la joven podía haber sido secuestrada por un grupo extremista turco para pedir la liberación de Ali Agca, el terrorista encarcelado entonces por haber atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981; que si fue víctima de una red pedófila detrás de la cual se encontrarían altos jerarcas de la Iglesia o la presunta relación del caso con la Banda de la Magliana, la organización criminal que sembró el terror en la capital italiana durante los años del plomo.

Tumbas vacías 

Tras varias investigaciones por parte de la familia, la Secretaría de Estado de la Santa Sede autorizó en abril de 2018 la apertura de la investigación. En ese contexto, la familia pidió a la Santa Sede que investigase una de las tumbas del Cementerio Teutónico que está en el Vaticano, alrededor de la cual circulan rumores en el Vaticano desde hace años. De hecho, la familia había recibido una carta anónima con una foto de una sepultura y una frase escrita: "Busque donde indica el ángel". 

Allí, supuestamente, estaban enterradas dos princesas europeas: Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836, y la princesa Carlota Federica de Mecklemburgo, que murió en 1840.

Pero al abrir ayer las tumbas se ha descubierto que están vacías, destapando un nuevo misterio. Ni la niña Orlandi ni las princesas estaban enterradas. Andrea Tornielli lo explicó en Vaticans News.  

 

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