Conferencia magistral de Hans Zollner en Comillas: "En España habrá muchos más casos de abusos"

El jesuita, mano derecha de Francisco en protección de menores, afirma que la Iglesia es la única institución que está realizando una campaña de prevención

Zollner
Hans Zollner, ayer en Comillas.

Hans Zollner, SJ, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y una de las personas más cercanas del Papa Francisco en el tema de abusos, ofreció ayer una conferencia magistral en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid. Dijo cosas duras, claras e instó a todos los católicos y hombres de fe a "hacer algo" por las víctimas. "Cada uno podemos hacer algo, no podemos desentendernos". 

Dejó a todos los presentes boquiabiertos y con cierta amargura cuando aseguró: "No estamos acabando con este tema, estamos empezando" y puso firme a los obispos y conferencias episcopales de todo el mundo: "La CEE de Polonia y Alemania, mi país, no han aprendido nada de los errores de los otros. Debemos abrir cauces de comunicación entre todos los miembros de la Iglesia". 

También, en silencio, la sala llena de Comillas, escuchó palabras desalentadoras: "En España se cree que los abusos es una tormenta que va a pasar. Los medios han publicado muchos casos y todavía habrá muchos más". 

Falta de formación de los obispos 

Pero estas no fueron las únicas palabras de denuncia contra los líderes de la Iglesia. Calificó de "sorprendente" que "muchos obispos no conocieran el Derecho Canónico ni saben como llevar a cabo una investigación, ni conocen las normas de la Santa Sede en materia de abusos" y recordó una de las conclusiones de la cumbre de protección de menores que se ha celebrado recientemente en Roma con los presidentes de las Conferencias Episcopales: El Vaticano está elaborando un Vademecum con preguntas y respuestas (tipo catecismo) para que los obispos sepan qué hacer cuando en sus diócesis se cometen abusos a menores por parte de los clérigos.

Así mismo, insistió en que se está estudiando a quién darán cuenta los obispos cuando no cumplan íntegramente con las normas claras de la Santa Sede: escucha real a las víctimas, protección a los menores, investigación y penas a sacerdotes y religiosos que cometen estos delitos.

"Nunca como antes, había existido en la sociedad una desconfianza tan grande en el liderazgo de la Iglesia", aseveró.  

Minutos de reflexión 

Antes de presentar este panorama ciertamente desalentador, comenzó su conferencia invitando a todos a hacer examen de conciencia durante tres minutos, y en silencio, reflexionar: "¿Qué siento cuando hablan de este tema? angustia, rabia, miedo"....Hans Zollner presionó una y otra vez en su conferencia: este asunto no se puede quedar solo en declaraciones, en comentarios, en autodefensa, en crítica, nos interpela e implica a todos, sobre todo a los hombres y mujeres de fe, porque es un problema que afecta a toda la Iglesia y la credibilidad de ésta nunca había estado tan denostada.  

"Los obispos, los clérigos se preguntan: cómo me han podido engañar...pero no ven el sufrimiento de las víctimas. ¡Las víctimas son lo primero!", exclamó, e informó que, a pesar de lo que quieren creer muchos sectores de la Iglesia, las denuncias falsas sobre abusos "son pocas". 

Para suavizar la carga tan dura que cae sobre la Iglesia en el tema de abusos a menores, el jesuita alemán se refirió también a que este problema no afecta solo a los católicos porque según estadísticas de organizaciones internacionales, 1 de cada 5 jóvenes en el mundo han sido víctimas de abusos y no solo por parte de clérigos: padres, familia, entrenadores deportivos, etc. 

 

Sin embargo, este no puede ser el mensaje a la defensiva de los hombres y mujeres de fe. "La gente quiere ver la cara de compasión y misericordia de la Iglesia, quiere ver la cara de la madre amorosa de la Iglesia, la gente es lo que espera de nosotros y mucha gente no lo encuentra", sentenció el presidente del Centre for Child Protection (CCP) de la Pontificia Universidad Gregoriana.

"No es suficiente con pedir perdón. Lo que nos piden las víctimas y la sociedad es que digamos lo siento. Esta es la palabra que falta, lo siento. Mi corazón sufre con las víctimas. 

2018 "annus horribilis" 

El jesuita hizo un repaso de los últimos 35 años en la Iglesia cuando se destaparon con toda su crudeza los primeros casos. Una bomba: Irlanda, Pensilvania (con 300 sacerdotes implicados y casi mil víctimas), Australia....pero fue en 2018, el "annus horribilis" cuando por primera vez se determinó con toda transparencia que este problema, estos delitos, no eran casos aislados en la Iglesia, sino que el sistema eclesiástico había permitido durante años la proliferación y el encubrimiento de este mal, de este cáncer".

Hasta el Papa Francisco tuvo que pedir perdón por no ver en su total profundidad el caso chileno, en donde obispos que han gobernado la Iglesia durante años habían abusado o encubierto casos de abusos. A raíz de una investigación más exhaustiva, El Santo Padre admitió la renuncia de ocho obispos chilenos y dos fueron reducidos al estado clerical (dejaron de ser sacerdotes). 

Zollner no dejó de mencionar ni un solo caso, hasta el último de ellos: a la espera de la apelación del Tribunal Supremo, el cardenal Pell es el primer purpurado de la Iglesia Católica que está en la cárcel, acusado de abusos. 

Y vaticinó asimismo, que el problema se extendería a la Iglesia en África y en Asia, porque además, se están abordando también, no solo el abuso a los menores, sino a los seminaristas y a las religiosas: "Será terrible en África y Asia". 

La Iglesia, única en la prevención 

Para aliviar el desolador panorama, el también profesor de psicología en la Pontificia Universidad Gregoriana, lanzó un mensaje también esperanzador: en estos momentos, la Iglesia es la única institución que está abordando la prevención de abusos de menores "pero no logramos comunicarnos a la sociedad", dijo. 

Por último, se refirió al celibato y a la homosexualidad. El jesuita aseguró que los estudios demuestran que el celibato no es la causa de los abusos en la Iglesia, aunque matizó que puede ser un riesgo, si el clérigo no vive bien la castidad, sufre demasiado estrés laboral, se encuentra solo o no tiene comunicación con su obispo. "La edad media de un clérigo cuando empieza a abusar es de 39 años, 15 años más  que cualquier laico que comete los mismo delitos". 

Respecto a la homosexualidad, tampoco es una causa directa de los abusos pero sí reflejó que el número de casos es mayor entre sacerdotes que abusan de menores o jóvenes del mismo sexo. Por esta razón, insistió en la selección de los candidatos al sacerdocio e instó a realizar un seguimiento exhaustivo y cercano de toda su esfera afectivo-sexual para garantizar su idoneidad a la vida célibe y religiosa. 

"Algunos pastores claman para que todo esto acabe y poder dedicarse verdaderamente a la pastoral, a su ministerio. Pero ¿qué nos dice Dios en este momento?", concluyó Zollner, abriendo una puerta a que esta es, actualmente, la principal labor a la que se tienen que dedicar los líderes de la Iglesia. 

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