La carta enviada por el prefecto de la Fe al cardenal Marx no ha sido suficiente

Comunión a cónyuges protestantes: la Santa Sede prepara un documento aclaratorio tras el desacuerdo de obispos alemanes

Fuentes vaticanas recuerdan que el modo de entender los sacramentos es lo que marca la gran diferencia entre protestantes y católicos

Cardenal Reinhard Marx.
cardenal Reinhard Marx.

La carta enviada el pasado 25 de mayo por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis Ladaria a los obispos alemanes y que contó con el “explícito consenso” del Papa Francisco, no ha sido suficiente. Varios prelados de Alemania han puesto pegas a esta misiva y han publicado sus orientaciones sobre la intercomunión entre matrimonios mixtos (católico y protestante).

El tema planteado por algunos obispos alemanes de dar la eucaristía a un cónyuge protestante junto a su pareja católica, y al que se opusieron siete prelados de Alemania encabezados por el arzobispo de Colonia, el cardenal Rainer Maria Woelki, no está cerrado.

Tras la carta enviada por monseñor Ladaria al cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, varios obispos alemanes, que incluye a Marx y al cardenal Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, han mostrado su desacuerdo a las recomendaciones del prefecto de la Fe.     

Por esta razón, y según ha podido saber Religión Confidencial de fuentes vaticanas, la Santa Sede prepara ahora un documento aclaratorio y más profundo que aclare si un cónyuge protestante puede recibir o no la eucaristía junto a su pareja católica.

Subjetivizar los sacramentos

Las mismas fuentes consultadas por RC recuerdan que el tema de los sacramentos fue decisivo durante la reforma protestante. “El Concilio de Trento le dedicó la mayoría de sus sesiones. En realidad, son los sacramentos, el modo de entenderlos, de vivirlos, de comprender la vida cristiana a través de ellos, lo que marca la gran diferencia entre protestantes y católicos”, señalan.

Estos expertos señalan que “simplificando mucho, se puede decir que el peligro protestante es el de subjetivizar los sacramentos, reduciéndolos al encuentro interior del creyente con Dios, mientras que en la visión católica los sacramentos siempre tocan y dan forma a nuestro cuerpo, es decir, a las relaciones concretas que nos unen con los demás y con Dios”.

En esta línea, otras fuentes consultadas por RC cercanas a la Congregación para la Doctrina de la Fe reconocen que es natural que un matrimonio mixto deseé compartir la eucaristía pero cuando ellos se casaron, como matrimonio mixto, respondieron a una particular vocación, que preveía ya esta dificultad.

La riqueza de un matrimonio mixto

“En un matrimonio mixto hay mucho que ya comparten: el fundamento del bautismo y el fundamento del sacramento del matrimonio. Les invitaría a ver la Eucaristía como horizonte y a no tener prisa. En realidad, si no pueden compartir la Eucaristía es porque hay otras cosas que todavía no comparten, de las que pueden hablar, con las que pueden enriquecerse. Y les diría también que su camino es el camino ecuménico de la Iglesia. No tiene sentido que ellos lo anticipen, quemando etapas. Aceptando la vocación a un matrimonio mixto aceptaron generosamente el sacrificio del camino ecuménico hacia la unidad, y en ese sufrimiento están contribuyendo a que ese camino vaya adelante”, explican las mismas fuentes.

En esta línea, insisten que los matrimonios mixtos pueden ver su camino como matrimonio a la luz del camino ecuménico de toda la Iglesia. “Su familia puede vivir como un pequeño laboratorio de unidad entre los cristianos. Eso sí, un matrimonio no puede ir por delante del camino de la Iglesia, pues el sacramento del matrimonio nace de la unidad de Cristo y de la Iglesia y se apoya sobre ella, no al revés”.

Añaden que la dificultad para compartir la Eucaristía se refiere a la falta de comunión con la Iglesia católica en elementos que afectan directamente a este sacramento. “Se trata de aceptar la presencia real, pero también el sacramento del orden sacerdotal, a cuyo ministerio confió Cristo la celebración eucarística, y sobre el que se apoya la estructura jerárquica de la Iglesia”.

 

En determinados casos

La Iglesia católica recuerda que hay determinados casos en que puede ser posible dar la comunión a un protestante que no ha entrado formalmente en la Iglesia católica. Se trata de situaciones extremas, como el peligro de muerte, y en que no se puede acudir a un ministro de la propia comunidad eclesial. Y, en todo caso, se tiene que aceptar la fe católica en la Eucaristía. Pero estas situaciones extremas no se dan en los matrimonios mixtos como tales.

Para que pudieran recibir juntos la comunión, tendría que darse la decisión del esposo protestante de adherir a la Iglesia católica, por coherencia entre la recepción de la comunión y la pertenencia a la Iglesia. “En todo caso, la Iglesia no puede dar la comunión a un protestante que sigue acudiendo y recibiendo la comunión en la liturgia protestante. Por el hecho mismo de no renunciar al servicio protestante, está claro que no se da la fe católica en la Eucaristía”, explican.







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