Tras la cooperante trasladada, se han confirmado 5 nuevos casos

Una veintena de misioneros españoles combate el ébola en Mali

Al menos una veintena de misioneros españoles están destinados en Mali, último país africano donde ha comenzado a expadirse el ébola. Esta semana, una cooperante ha sido trasladada a España con el fin de prevenir un posible contagio tras un fallo en uno de los protocolos. 



Misionera Ana de Barba Araujo, destinada en la diócesis de Ségou, en Mali.
Misionera Ana de Barba Araujo, destinada en la diócesis de Ségou, en Mali.

Desde las misiones malienses, los españoles han querido hacer pública su situación a través de Obras Misionales Pontificias. “Este pueblo es mi pueblo, no me siento extranjera”, apunta la hermana Mercedes Cuadrado, hermana del Ángel de la Guarda.

Esta misionera palentina, que ha vivido 47 años en tierra maliense, explica el compromiso de la Iglesia local en la lucha contra el ébola. “Hemos asistido a los cursos de formación que organiza la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora nosotros somos portadores de esta formación”, afirma Cuadrado, y explica que llevan la sensibilización a todos los grupos de catequesis, al dispensario, con las mujeres con las que trabajan, así como otras muchas tareas.

Mercedes Cuadrado, como el resto de los misioneros que le acompañan en la zona, vive la cercanía del ébola como una maliense más. “El momento es duro y el futuro incierto, pero Dios está presente y la Esperanza nos acompaña”.

En la diócesis de Ségou está Ana de Barba Araujo,  misionera, religiosa del Servicio Doméstico. La diócesis ha tenido que posponer la peregrinación nacional a nuestra señora de Kati, en la región de Kayes, prevista para el próximo fin de semana, para evitar posibles contagios.

“Acaban de informarnos de que el peregrinaje no se hará hasta nueva orden” explica la misionera madrileña. “Han encontrado algunos casos aislados de ébola, y la gente comienza a tener miedo”. Esta peregrinación es el mayor encuentro de la Iglesia Católica de Malí, que se celebra desde hace 50 años en memoria de la fundación de la Iglesia maliense en 1988.

Todos los católicos del país y algunos extranjeros se reúnen un fin de semana para rezar en este santuario. Por esta razón, existe el peligro potencial de que se forme un foco de infección. “Los cristianos en Malí no son muy numerosos, y es gracias a este peregrinaje como se hace notar la presencia cristiana”, explica Ana, y comenta orgullosa que también los musulmanes van a rezar al santuario.

“Que la Virgen nos acompañe en este año. Con la pobreza que hay, es desolador que llegue una enfermedad como el ébola”, explica.”Contamos con vuestras oraciones”.

 

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