La crisis multiplica la solidaridad. Más voluntarios en España y más personas que se apuntan a experiencias misioneras en el mundo
La dificultad para encontrar trabajo anima a muchas personas a dedicar su tiempo a ayudar a los demás. De esa manera, no solo aumentan el volumen de obras de caridad sino que, además, aprenden a relativizar la adversidad que a ellos mismos les ha tocado vivir.
Las ONG reunidas en la plataforma Somos Así explicaban que el número de voluntarios ha aumentado un 10% en los últimos dos años. Y un dato aún más significativo: la ayuda al prójimo mueve a más personas que cualquier otro tipo de asociacionismo. Así, solo 2,5 millones están afiliados a los sindicados, un millón menos que los socios de ONG, y solo 1,2 millones, a partidos políticos. El fútbol, que es una afición tan extendida, no alcanza el millón de socios entre todos los clubes.
En instituciones como Cáritas, cuya labor está resultando fundamental para paliar la grave crisis económica, uno de los retos con los que se están topando es, precisamente, canalizar de la forma más eficaz posible el volumen de voluntarios que se ofrece para colaborar con las tareas de ayuda. En los últimos años, se multiplican las peticiones de ayuda de familias sin capacidad suficiente para salir adelante, pero también se han multiplicado las personas que quieren colaborar.
Algo similar ocurre con las misiones. Según explica Caty Alberti, delegada de misiones de Mallorca, a Religión Confidencial, la crisis económica ha tenido un efecto sorprendente: muchas personas ven en un periodo de desempleo forzoso una oportunidad para disponer del tiempo suficiente para marcharse durante un año a un territorio de misión. Relata el caso de un chico que había tenido varias experiencias misioneras en los veranos y que siempre había querido ir por un tiempo más largo. El día que le echaron del trabajo, fue a comunicarlo lleno de alegría a la diócesis porque había llegado la oportunidad de marcharse a las misiones.
