Las adoratrices denuncian: "La guerra en Ucrania incrementa el riesgo de que miles de personas se conviertan en víctimas de trata"

Mujeres y niñas son los colectivos más vulnerables a la trata, especialmente para su explotación sexual o para matrimonios forzados

Proyecto Esperanza de las Adoratrices.
Proyecto Esperanza de las Adoratrices.

El conflicto en Ucrania está empujando a su población a huir en busca de un lugar seguro tanto dentro como fuera del país. Según  ACNUR, ya hay más de 2.5 millones de personas refugiadas y 2 millones de desplazadas internas, unas cifras que tenderán a aumentar.

Durante estos movimientos, tanto internos como a terceros países en busca de protección internacional, miles de personas, especialmente mujeres, que abandonan sus hogares corren el riesgo de convertirse en víctimas de trata de seres humanos en origen, tránsito y destino y pueden sufrir violencia y abusos sexuales.

Denuncia de las Adoratrices 

Así lo confirman entidades especializadas como SICAR cat y Proyecto Esperanza, de las religiosas Adoratrices, con más de 20 años de experiencia, que conocen bien cómo operan las redes de trata y cómo los conflictos armados generan un entorno donde esta violación de Derechos Humanos puede prosperar debido a las vulnerabilidades sociales y económicas de las zonas en guerra, la erosión del Estado de Derecho, el desmantelamiento de las instituciones, la impunidad y los desplazamientos forzados.

Además, los grupos armados pueden usar este delito para financiarse e incluso para atraer a nuevos reclutas, con promesas como recompensarlos con esclavas sexuales.

Según Naciones Unidas, las personas desplazadas y susceptibles de protección internacional se encuentran entre los colectivos más vulnerables y son afectadas de manera desproporcionada por la trata de seres humanos.

Sin recursos ni apoyo 

Estas personas que huyen de manera inminente de su país (en este caso en guerra) no han podido planificar su salida y no cuentan con recursos ni apoyo necesario durante su migración forzada. Ante tal urgencia, pueden verse obligadas, como única alternativa, a recurrir a personas desconocidas en quienes confían y que pueden ser posibles tratantes.        

Mujeres y niñas son los colectivos más vulnerables a la trata, especialmente para su explotación sexual o para matrimonios forzados pero también para su explotación laboral. Sin embargo, hombres y niños también están expuestos a ser captados para formar parte de milicias o grupos armados, para la extracción de órganos, la mendicidad o la comisión de delitos.

Dar respuesta a las múltiples vulnerabilidades

Junto a otras ONGs europeas, pertenecientes a La Strada International, Proyecto Esperanza y SICAR cat, ambos proyectos de Adoratrices están promoviendo acciones de prevención que incluyen la elaboración  y difusión de materiales con consignas y recomendaciones básicas de seguridad para las personas que huyen del conflicto.

Las recomendaciones, en inglés, ucraniano, castellano y catalán, se centran en la necesidad de reforzar la seguridad de la población durante el desplazamiento a un lugar seguro para evitar situaciones de mayor vulnerabilidad como quedarse sin documentación y/o dinero, perder el contacto con personas de confianza, no poder informar del lugar en el que se encuentran o no tener donde alojarse.

 

Cuanto más alta es la vulnerabilidad, más posibilidades de convertirse en víctima de trata. Por este motivo, es crucial que los países de tránsito y destino, en aras de su obligación de diligencia debida, tomen todas las medidas necesarias para: prevenir graves vulneraciones de derechos humanos, detectar situaciones de trata de seres humanos y proteger a las posibles víctimas.

Recomendaciones de los países receptores 

En este sentido, SICAR cat y Proyecto Esperanza instan a que todas las administraciones públicas del Estado español adopten las medidas específicas de prevención de la trata que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), así como el ACNUR recomiendan en medio de la crisis humanitaria en Ucrania:

  • Proporcionar alojamiento y asistencia inmediata, como alimentos y ropa.
  • Establecer centros de información y líneas de atención telefónica que puedan dar información oficial clara sobre el registro, la residencia y los derechos en un idioma que los refugiados entiendan.
  • Introducir medidas inmediatas para informar a las personas que buscan refugio de los riesgos de la trata, incluyendo ofertas de transporte, alojamiento y trabajo "demasiado buenas para ser verdad" a lo largo de las rutas migratorias y en las proximidades de las instalaciones de acogida y en línea.
  • Difundir la información oficial y vigilar que no haya información engañosa sobre las oportunidades de alojamiento y empleo para evitar la trata y el fraude.
  • Otorgar permisos de residencia temporal, acceso al mercado laboral, educación para los niños y niñas y asegurar la preservación y reunificación familiar al no separar a los menores de sus padres.

Por todo ello, es necesario garantizar que aquellas personas con necesidad de protección internacional, especialmente vulnerables a la trata, gocen de la protección debida por parte del Estado Español. Sólo una adecuada detección temprana junto a una valoración correcta de las necesidades específicas de las víctimas de trata les proporcionará el acceso a la red de servicios y al proceso de recuperación integral al que tienen derecho.

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