Santoral Romano

¿Qué santos se celebran hoy, lunes 5 de febrero de 2024? Consulta aquí el santoral

Infórmate sobre los santos que se celebran hoy. Consulta el santoral para que no se te escape ninguna felicitación

Hoy se celebra el día de Santa Águeda de Catania, virgen y mártir
Hoy se celebra el día de Santa Águeda de Catania, virgen y mártir
  1. Santa Águeda de Catania
  2. San Agatón
  3. Santa Ágata de Palermo:
  4. San Sabino
  5. Otros santos

Santos que se celebran el lunes 5 de febrero de 2024:

Celebraciones principales:

Santa Águeda de Catania

En la Sicilia del siglo III, la historia de Santa Águeda se desarrolla entre Catania y Palermo, las dos ciudades que se disputan el ser el lugar del nacimiento de la mártir. Leyendo su “Passio”, se puede afirmar que nació en el año 235 en las laderas del Etna, de una familia rica y noble.

Era aún una adolescente cuando manifestó su voluntad de consagrarse a Dios y recibió de su obispo el “flammeum”, un velo rojo que llevaban las vírgenes consagradas. La tradición la describe también como una diaconisa dedicada al servicio de la comunidad cristiana.

En el año 250, el edicto del emperador Decio contra los cristianos desencadenó una dura persecución. El encargado de aplicarlo en Catania fue el despiadado procónsul Quinciano, quien se encaprichó de Águeda.

La fuga a Palermo y el martirio

La joven huyó a Palermo, pero fue encontrada y llevada de nuevo a Catania. Conducida ante Quinciano, no quiso abjurar de su fe. El procónsul, entonces, decidido a atentar contra la virtud de la doncella, la confió a una cortesana, Afrodisia, para que le enseñase las artes amatorias. Sin embargo, Águeda permaneció fiel a Cristo, por lo que fue entregada de nuevo a Quinciano, que decidió procesarla.

Las “Actas del martirio de Santa Águeda” recogen los siguientes diálogos: “¿De qué condición eres tú?”, pregunta Quinciano a Águeda, que responde: “Nací libre y de familia noble”. Y Quinciano: “Si dices que eres libre y noble, ¿por qué vives y te vistes como una esclava?”  “Porque soy sierva de Cristo”, explica Águeda. Y de nuevo Quinciano pregunta: “Pero si verdaderamente eres libre y noble, ¿por qué quieres hacerte esclava?” Águeda responde: “La máxima libertad y nobleza consiste en demostrar que se es siervo de Cristo”.

Quinciano rebate: “¿Y qué? ¿Los que despreciamos la servitud de Cristo y veneramos a los dioses no tenemos libertad?. “Vuestra libertad os arrastra a tanta esclavitud que os hace siervos del pecado”, afirma Águeda.

 Ante estas palabras, Quinciano ordena una vez más a Águeda que reniegue de Cristo, y para inducirla a reflexionar la encarcela. Pero al día siguiente, ante el nuevo rechazo de la joven, establece que sea sometida a la tortura. Al verla aprontar los suplicios con valor, Quinciano ordena que le sean arrancados los pechos. En un estado terrible, Águeda es llevada de nuevo a la cárcel; pero esa noche se le aparece San Pedro que la sana.

 

Conducida de nuevo ante el tribunal, Águeda se niega una vez más a adorar a los dioses y declara que ha sido curada mediante el poder de Jesucristo. Furioso por el valor de la joven a pesar de las torturas, Quinciano decreta que sea arrojada sobre carbones ardientes, envuelta en su velo rojo de esposa de Cristo.

La muerte de Águeda sacude Catania

Mientras la orden era ejecutada, el lugar donde el santo cuerpo fue arrojado y toda la ciudad de Catania fueron sacudidos por un fuerte terremoto. Todos corrieron al tribunal y comenzaron a armar tumulto porque se atormentaba a una santa sierva de Dios, y por este motivo todos se encontraban en grave peligro.

Águeda, cuyo velo había quedado íntegro, fue sacada de las brasas, y, “habiendo entrado de nuevo en la cárcel, tendió sus brazos al Señor y dijo: ‘Señor que me has creado y custodiado desde mi infancia y que en la juventud me has hecho actuar con valor, que alejaste de mí el amor las cosas terrenas, que preservaste mi cuerpo de la contaminación, que me hiciste vencer los tormentos del verdugo, el hierro, el fuego y las cadenas, que me diste la virtud de la paciencia en medio de los tormentos; te ruego que acojas ahora mi espíritu, porque ya es tiempo de que yo deje este mundo por tu mandato, y llegue a tu misericordia’.

Dichas estas palabras en presencia de muchas personas, entregó el espíritu. Era el 5 de febrero del año 251.

El milagro de la lava

Cuentan también los “Actos del Martirio” que un año después hubo una gran erupción del monte Etna y la corriente de lava, como un río ardiente, se dirigía hacia la ciudad de Catania. Muchas personas se encaminaron entonces al sepulcro de Águeda para pedir su intercesión, y su velo fue colocado ante el río de lava. Milagrosamente, la lava se detuvo.

La fama del prodigio hizo de Águeda la patrona de Catania. Su culto nació así un año después de su martirio, y se difundió rápidamente por todas partes. Sus reliquias se conservan en Catania, en la catedral dedicada a ella.

San Agatón

Papa que ocupó el cargo entre 678 y 681. Durante su pontificado se celebró el VI Concilio Ecuménico, en el que se condenó el monotelismo, una doctrina que defendía que en Cristo solo había una voluntad.

Santa Ágata de Palermo:

Virgen y mártir del siglo III. Se dice que fue martirizada por negarse a casarse con un pretendiente pagano. Es venerada como patrona de Palermo, Italia.

San Sabino

obispo de Spoleto en el siglo VI. Es conocido por su defensa de la fe católica frente a la herejía arriana.

Otros santos

  • Santa Ava: virgen y abadesa del siglo XII. Fundó la abadía de Hohenburg en Alsacia, Francia.
  • Santa Felicia: virgen y mártir del siglo II. Se dice que fue martirizada por negarse a renunciar a su fe cristiana.
  • Santa Adelaida: emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo X. Es conocida por su piedad y por su labor de gobierno.
  • Santa Cintia: virgen y mártir del siglo III. Se dice que fue martirizada por negarse a adorar a los ídolos paganos.
  • San Teódulo: obispo de Cesarea en el siglo IV. Es conocido por su defensa de la fe ortodoxa frente a la herejía arriana.
  • San Gilberto: fundador de la Orden de Sempringham en el siglo XII. Esta orden fue la primera en Inglaterra que combinó la vida monástica con la vida activa.
  • San Eutiquio: obispo de Roma en el siglo III. Se dice que fue martirizado durante la persecución del emperador romano Decio.
  • San Lorenzo de Brindisi: capuchino y doctor de la Iglesia del siglo XVII. Es conocido por su predicación y por sus escritos sobre teología y mariología.
  • Beata María Teresa de Soubiran: fundadora de las Hijas de la Cruz en el siglo XIX. Esta congregación se dedica a la educación de las niñas y a la atención a los enfermos.
  • Beato Bernardo de Corleone: franciscano del siglo XVII. Es conocido por su vida de oración y por su don de bilocación.

Video del día

Abascal: “Hemos asistido a un bochorno internacional de consecuencias incalculables”
Comentarios