El "matrimonio gay" y su posible constitucionalidad

Hace unos días un periódico nacional daba por hecho que la ley que admite como matrimonio las uniones entre homosexuales pasaría el filtro de un Tribunal Constitucional politizado y escorado hacia la progresía.

En el entorno de políticos y juristas católicos muchos eran conscientes de que esto podía ocurrir, no solo por la fuerte impronta ideológica de los miembros de este órgano, sino porque las razones jurídicas para declarar la inconstitucionalidad de la norma no son ni tan evidentes ni tan fáciles de articular como en el caso de la ley del aborto.

Por eso los católicos abogaban por que el Gobierno de Mariano Rajoy derogase la norma, en lugar de esperar al veredicto del Constitucional. El problema de esta ley, explican los expertos, es tanto moral como social, pero su gravedad no radica en que el texto tenga más o menos cabida en la interpretación de la Constitución que haga un grupo de personas elegidas por los partidos políticos.

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