Cada vez nacen menos niños con discapacidad. El aborto es la triste alternativa que ofrece el estado del ‘bienestar’
L'Osservatore Romano ha publicado un artículo titulado La eliminación del imperfecto del neonatólogo Carlo Bellieni donde se denuncia la desaparición, en nuestro entorno, de los niños marcados por enfermedades genéticas. Éstos son censurados por los medios de comunicación, escondidos por sus padres pero sobre todo abortados, son víctimas de una sociedad incapaz de aceptar la diferencia. Carlo Bellieni dice: "Son descubiertos de manera sistemática antes de nacer y, una vez identificados, se les prohíbe muy a menudo nacer". Un dato alarmante es el de Francia donde el 96% de los fetos afectados por el síndrome de Down (trisomía 21) son abortados. "La desaparición de individuos con un handicap genético del panorama social se debe también a otra razón: la incapacidad de la sociedad a aceptar culturalmente la diferencia y el pudor de las familias que se sienten como fuera de la ley genética y guardan al niño enfermo entre sus muros domésticos", precisa. Denuncia que "Si hubiera una inversión económica para curar las enfermedades genéticas" tan importante como "la establecida para no dejar nacer a los enfermos, se obtendrían progresos notables". La sociedad del bienestar nos propone el culto a la comodidad en todas sus dimensiones, nos incapacita en el sacrificio y nos regala soluciones rápidas, irresponsables y poco solidarias que para nada coinciden con lo que debería ser un sentimiento universal: el respeto a la vida por encima de todo. En palabras de Benedicto XVI : "Una sociedad que no logra aceptar a los que sufren y no es capaz de contribuir mediante la compasión a que el sufrimiento sea compartido y sobrellevado también interiormente, es una sociedad cruel e inhumana".
Zenón de Elea