La “Conferencia de Imanes de Francia” apunta hacia una división y la aparición de un “Islam francés"

Se habla incluso de la aparición de un “Islam de Francia”. La celebración en Drancy de una “Conferencia de Imanes de Francia”, presidida por el imán de la localidad, con asistencia de otros cuarenta de la región parisina, ha provocado notable expectación en el país vecino, por desarrollarse al margen del Consejo Francés del Culto Musulmán.

Significativas han sido las personalidades asistentes: la ministra de Vivienda, Christine Boutin; el alcalde de Drancy, Jean-Christophe Legarde, y otros cargos locales; la adjunta al alcalde de París, Anne Hidalgo; y diplomáticos de Estados Unidos, de países árabes, además de dos dirigentes judíos: el presidente del consejo de las instituciones judías en Francia y el gran rabino de París.

Pero también han destacado, por su simbolismo, las ausencia: ningún representante del ministerio del Interior (al que compete los cultos), ni de la Iglesia católica (insistentemente invitados), ni, por supuesto, del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM).

Los promotores son partidarios del diálogo interreligioso, por ejemplo con los judíos, y de “un islam abierto”. Pretende ser una representación “cultural y laica de los ciudadanos de sensibilidad árabe-musulmán”.

La comunidad musulmana, lo mismo que las autoridades, consideran que el organizador, el joven imán Chalghoumi, que procede del fundamentalismo y se formó en Siria, “no es representativo”. Sin embargo, su influencia tiene que ver con la debilitación del prestigio de la Gran Mezquita de París y su titular, Dalil Boubaker.

El episcopado francés ha insistido en su respeto por el CFCM, que, a pesar de sus limitaciones, sigue siendo una institución representativa musulmán oficial.

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