Un grupo de ateos protesta contra la cruz del 11-S, y la comunidad cristiana responde que ésta es un símbolo de consuelo y esperanza para todos

La comunidad cristiana de Nueva York ha respondido que "la cruz es un símbolo de consuelo para todos aquellos que han perdido a sus seres queridos y de esperanza para aquellos que han sobrevivido".

Brian Jordan, religioso franciscano que ha presidido la ceremonia de bendición y de traslado de la cruz, y ha proporcionado atención pastoral a los trabajadores de la zona cero, ha señalado que este símbolo "ha proporcionado esperanza y apoyo especialmente a los bomberos, policías, obreros y otros muchos trabajadores".

Por su parte, Joe Daniels, presidente del citado museo, ha explicado que en momentos muy difíciles, la cruz dio "un poco de consuelo espiritual y religioso, un poco de fe a las miles de personas que trabajaban allí, es parte de la historia y debe permanecer en el museo. Este símbolo proporcionó consuelo a todos, independientemente de su religión, y dice tantas cosas de lo que ocurrió que lo mantendremos".

Según la asociación de ateos, el museo –construido con fondos públicos– no puede albergar el símbolo de una sola religión, porque "vulneraría los derechos civiles de ateos, agnósticos, judíos, musulmanes y otros no cristianos, en tanto que la cruz promueve el cristianismo por encima de todas las demás religiones".

Ante la demanda presentada por esta entidad en un juzgado de Nueva York, la organización cristiana 'American Center of Law and Justice', que promueve la libertad religiosa en el mundo, ha presentado un escrito en contra de dicha demanda, calificándola como "profundamente egoísta e indigna".