Mientras EE.UU. negocia el levantamiento de las sanciones internacionales

Irán expande su esfera de influencia religiosa y militar por todo Oriente Medio

Qasem Soleimani es el estratega iraní en los distintos campos de batalla de la región

Qassem Soleimani
Qassem Soleimani

Los analistas internacionales están comenzando a centrar su interés en la estrategia que Teherán, de forma cada vez más evidente, está poniendo en marcha para aumentar su poder sobre los Estados árabes con presencia más o menos numerosa de chiíes, desde Irak al Líbano pasando por Siria y Yemen.

Irán cada vez está más cerca de lograr un acuerdo con las grandes potencias para limitar su programa nuclear. A cambio, espera el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas sobre el país tras el triunfo de la revolución del ayatolá Jomeini en 1979.

La persona que estaría aprovechando esta circunstancia para organizar lo que algunos ven como el intento de crear un nuevo imperio persa y chiíta en tierras árabes sería el general de división Qasem Soleimani (1957), veterano de la guerra Iran-Irak (1980 - 1988) y comandante de las Brigadas al-Quds, la élite de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI por sus siglas en inglés).

Desde que saltó de las sombras del espionaje al ojo de la opinión internacional el pasado otoño, la presencia de Soleimani –hombre de la confianza del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei- se ha vuelto una constante en los campos de batalla de Oriente Medio.
Soleimani comenzó a ser una figura pública cuando los yihadistas sunitas del Estado Islámico (IS) invadieron las ciudades del norte y el centro de Irak el pasado año. Sin embargo, es un viejo conocido de la CIA; tras la invasión estadounidense de Irak de 2003, Irán apoyó a la insurgencia chiita contra los norteamericanos; y Soleimani fue el responsable de entrenar y apoyar militarmente a dichas milicias. Está considerado el responsable de la muerte de cientos de soldados estadounidenses.      

Recientemente Soleimani ha sido visto dirigiendo operaciones en pleno campo de batalla para recuperar la ciudad suní irakí de Tikrit, cuna natal de Saddam Hussein. También ha sido visto en Siria ofreciendo sus condolencias por la muerte de un familiar de Bashar al-Assad, el presidente sirio al que Irán ha ayudado a mantenerse en el poder durante los cuatro años de la guerra civil que ha asolado al país.

Soleimani también ha estado recientemente en Beirut rezando ante la tumba de Jihad Mughniyeh, el hijo más joven de Imad Mughiyah (1962 - 2008), comandante fallecido de Hezbollah, un grupo terrorista de inspiración chiita que está respaldado por el CGRI. Jihad cayó abatido en la zona siria de los Altos del Golán el pasado 18 de enero junto a otros cinco miembros de Hezbollah durante un ataque aereo de Israel. Un general de las Brigadas al-Quds también falleció durante dicho ataque. 

Mientras tanto, el movimiento chií de los hutíes se ha hecho con el poder en Saná, la capital de Yemen, lo que ha supuesto un gran éxito para Irán. Al tiempo, ha cundido la alarma entre los Estados árabes sunitas, incluida la vecina Arabia Saudí, tradicional aliado de EE.UU. y rival regional de Irán.

- PARA SABER MÁS - Perfil biográfico (en inglés) sobre Qasem Soleimani publicado por la revista The New Yorker.

 

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