Cameron pide en Irlanda del Norte que cese la segregación entre católicos y protestantes. 48 muros los separan

En su primera visita a Irlanda del Norte como primer ministro, David Cameron ha afirmado que la segregación entre católicos y protestantes debe llegar a su fin. El acuerdo de paz de 1998 supuso el punto final a décadas de violencia y 3.600 muertos, pero siguen construyéndose muros de hormigón entre unos y otros: actualmente son 48.

Cameron ha dicho en el parlamento norirlandés que no se puede abandonar el reto de lograr una mayor unidad: "Es un área crucial donde creo que tenemos que ir más allá del proceso de paz".

"Dada la historia de Irlanda del Norte no se puede subestimar la magnitud del desafío, pero es un triste hecho que desde el acuerdo de Saint Andrews de 2006, el número de los muros haya aumentado de 37 a 48", ha lamentado Cameron. Se refería a los muros de hasta doce metros de altura que separan a miembros de ambas comunidades religiosas.

El primer ministro citó un estudio según el cual la segregación ha provocado que se dupliquen los servicios públicos, con un coste económico de 1.700 millones de euros al año. Cameron también se ha referido al coste social de la segregación: ésta ayudó a sostener el terrorismo y otras actividades delictivas, particularmente en las comunidades desfavorecidas. “Irlanda del Norte necesita un futuro compartido”, ha sentenciado el mandatario británico.

 

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