Valencia conserva “la ruta de San Vicente Ferrer”con 10 lugares principales del santo tras seiscientos años

Desde la casa natalicia hasta su celda en el convento. Aumenta el número de visitantes en estos días, dentro del Año Jubilar Vicentino

Basílica de San Vicente Ferrer.
Basílica de San Vicente Ferrer.

Como confirman a Religión Confidencial fuentes del obispado de Valencia, “el turismo religioso en torno a San Vicente Ferrer se está incrementando en estos días, dentro de los planes de verano con motivo de los 600 años de la muerte de San Vicente Ferrer, en el marco del Año Jubilar Vicentino que concedió la Santa Sede a las tres diócesis de la Comunidad Valenciana y a la de Tortosa, por abarcar la zona norte de Castellón”. El Año Jubilar Vicentino comenzó en la fiesta del santo en 1918, y finalizará el 29 de abril de 2019.

Valencia conserva numerosos lugares vinculados a San Vicente Ferrer, cuyo recorrido ahora es una ocasión para conocer y profundizar en la vida del santo dominico valenciano.

La que se denomina “ruta de San Vicente Ferrer” comienza en su casa natalicia, en la calle del Pouet de San Vicent en 1350. El edificio actual fue construido en 1950 al estilo de algunos palacios de la Valencia antigua, sobre el que sería “Pouet” (pozito) de la casa familiar que se conserva todavía: a la izquierda de la pila una puerta da paso a una pequeña capilla situada en el lugar donde según la tradición nació el santo.

A continuación, la casa del Miracle del Salser, en la calle del Mar 37. El santo, siendo niño,  curó milagrosamente a un niño que tenía unas úlceras malignas en el cuello. Este milagro es uno de los orígenes de la devoción popular valenciana de las representaciones de diversos “miracles” suyos en valenciano y por parte de niños en los quince Altares de las calles, en la fiesta del santo.

Su pila bautismal (en la parroquia de San Esteban), su celda en el convento de Predicadores, el púlpito desde el que predicaba en la Catedral, su Escuela de Gramática (antecedente de la Universidad de Valencia), la crónica visual de su vida (en el Patriarca) y la casa del “Miracle del Mocadoret” (a través de un pañuelo del santo encontraron una familia que se estaba muriendo de hambre) son otros lugares de la ruta del santo.

Finalmente, la ruta concluye con la Basílica de San Vicente Ferrer, templo neogótico de los Dominicos consagrado en 1921 tras completar su construcción en casi 20 años. Desde que le concedió ese título el Papa Pío XII el 13 de julio de 1951, es Basílica menor. Junto a la Basílica, el actual colegio de los Dominicos San Vicente Ferrer, donde reciben formación más de 1.200 alumnos de Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato.

El mayor milagro, que hoy sigue

La ruta del santo se completa “con el mayor milagro del santo, su colegio de Huérfanos que hoy sigue”, afirman a este digital.

En 1410 a instancias de San Vicente se fundó en Valencia una institución que se encargase de la asistencia y cuidado de niños huérfanos y desamparados de las calles de la ciudad. Ha tenido diversas ubicaciones: ahora la atiene en San Antonio de Benagéber, a 14 kilómetros de Valencia. Es el mayor milagro pues viene funcionando durante seis siglos, “fiel a la idea y móvil de su Fundador”.

 

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