Los obispos europeos esperan una comunicación fluída de la Iglesia con las instituciones europeas tras el Tratado de Lisboa

El Tratado de Lisboa, que entró en vigor este lunes, reconoce la identidad y la contribución específica de las Iglesias y prevé un diálogo “regular”. Por ello, los obispos europeos expresaron ayer su esperanza en que "las Iglesias refuercen, a partir de ahora, el diálogo con la Comisión, el Consejo y Parlamento Europeos, y contribuir más eficazmente a la reflexión política europea".

Las conferencias episcopales europeas (COMECE) han expresado su intención de mantener "un diálogo crítico y constructivo con las instancias europeas de decisión sobre las políticas elaboradas por la UE".

Añaden que "los desafíos urgentes que preocupan a la UE y a las Iglesias son los mismos: la promoción de la dignidad de cada ser humano, la solidaridad con los más débiles de nuestra sociedad, la Economía al servicio del Hombre, la solidaridad intergeneracional y con los países en vías de desarrollo, el cambio climático y el cuidado de la Creación, la acogida de los inmigrantes y el diálogo intercultural".

Hacen, asimismo, "un llamamiento a las Iglesias y a los cristianos de Europa para aprovechar esta oportunidad de diálogo y contribuir al proyecto europeo con su experiencia y humanidad".

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