Benedicto XVI denuncia la frialdad de las ciudades "cuando las personas se transforman en objetos sin rostro"

Benedicto XVI ha alertado de la contaminación de las ciudades, consecuencia del comportamiento individual, pero ha advertido de una contaminación más peligrosa: la del espíritu, que nos convierte en personas sin alma. En el homenaje a la Inmaculada, en la Plaza de España de Roma, el Papa ha hablado de “una contaminación que hace nuestros rostros menos sonrientes, que nos conduce a ni siquiera saludarnos, a no mirarnos a la cara... Las personas se transforman en cuerpos, que pierden el alma, se transforman en cosas, objetos sin rostro, intercambiables y consumibles”.

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