Psiquiatras dan pautas sobre la pregunta al Papa: ¿Qué le diría a un padre con un hijo homosexual?

No ven necesario llevar a un niño afeminado a un profesional y consideran que es más importante la educación

Papa Francisco con padres y niños en Irlanda.
Papa Francisco con padres y niños en Irlanda.

En la rueda de prensa celebrada en el avión papal de regreso a Roma del Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda, un periodista preguntó a Francisco: “¿Qué le diría a un padre con un hijo homosexual?”

El Santo Padre respondió: “Tu pregunta es clara: qué cosa le diría yo a un papá que ve que su hijo o su hija tiene esa tendencia. Primero diré rezar, reza. No condenar. Dialogar. Entender, hacer espacio para el hijo y la hija, hacer espacio para que se exprese. Luego, en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo, es importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño porque hay muchas cosas por hacer con la psiquiatría o para ver cómo son las cosas; y otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así…”, respondió el Santo Padre, tal como se escucha en el audio grabado por los periodistas a bordo del avión papal. 

El Vaticano suprime la palabra psiquiatría

Sin embargo, la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó en italiano la versión oficial de la rueda de prensa, en la que retiró la palabra “psiquiatría” de la respuesta del Pontífice.

La subdirectora de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Paloma García Ovejero, explicó a la agencia AFP que la palabra fue retirada “para no alterar el pensamiento del Papa”

La prensa internacional primero publicó que “el Papa Francisco recomienda tratar la homosexualidad en niños con un psiquiatra” y en las redes sociales se desató bastante polémica en las redes sociales en contra de las palaras del Pontífice. Sin embargo, tras la publicación de la versión oficial, los medios publicaron: “El Vaticano corrige al papa sobre la homosexualidad”.

Lo que dejó claro García Ovejero fue lo siguiente: El Pontífice no quería decir que se trata de “una enfermedad psiquiátrica”.

Evitar los estereotipos durante la infancia

Religión Confidencial ha consultado con un equipo de psiquiatras sobre algunas dudas que se han planteado muchas familias a raíz de las palabras del Papa Francisco.

Si un niño adopta comportamientos de niña (amaneramientos, juegos más propios de niñas, se quiere poner ropa de niñas, y dice que quiere ser una niña o al revés, un niña comportamiento de niños, ¿qué pueden hacer los padres?

“Una actitud sencilla y que es sana para el desarrollo de las personas, es la de evitar los estereotipos de género durante la infancia. Por ejemplo, “las niñas son dulces y los niños son fuertes”. ¿Es que es menos masculino ser dulce o menos femenino ser fuerte? O en la elección de los juegos y juguetes, sin obligarles a jugar por diferenciación ni obligándoles a jugar a lo que no quieren para eliminar diferencias culturales, es sano potenciar que ellos elijan lo que les apetezca más en cada momento”, explican profesionales de la psiquiatria. 

 

Apoyo incondicional de los padres

Este equipo apoya las palabras del Santo Padre en relación al apoyo incondicional que deben demostrar sus padres, “quienes les transmitan valores y creencias coherentes con su estilo de vida y les puedan demostrar, momento a momento, que les enseñan, apoyan, acompañan, validan, refuerzan y guían”.

“Me plantearía de forma positiva cómo pueden unos padres potenciar el sano desarrollo de su hijo – apuntan -  Les animaría a dedicar tiempo a sus hijos, darles abrazos, expresar el afecto, potenciar la comunicación, ¡escucharlos!, hacerles sentir dignos, validar sus sentimientos, promover su autonomía, su independencia, sus sentimientos de capacidad, reforzar sus aptitudes, ayudarles a que sean personas seguras... en fin, una aceptación incondicional es lo mejor que unos padres pueden dar a sus hijos para que integre la sexualidad en el desarrollo completo de su persona.

Además los psiquiatras consultados por RC recomiendan que también es importantísima la educación y la formación sexual desde los cero años, que los padres se lo tomen en serio, que recojan las dudas de sus hijos, que haya buenos libros de sexualidad disponibles en casa, que aprovechen las canciones, la moda, las fiestas, la cultura, el cine, las series, los anuncios y sus intereses para hablar de sexualidad, que les expliquen todo con lo que se van a encontrar,

“Hoy es necesario decidir si se lo explican los padres, internet o unos amigos más o menos bienintencionados. Que organicen cursos en sus colegios desde las Apas, en la comunidad de vecinos o en la asociación del barrio”, declaran.

“No lo veo necesario”

La pregunta que se plantean muchos padres: “¿Es conveniente llevar  a mí hijo a un  profesional si observo tendencias homosexuales?

Así de primeras no lo veo necesario. Es mucho más importante la educación y atención de los padres a sus hijos y el cuidado de su relación de pareja”, afirman. 

Este grupo de expertos argumentan que al revisar la literatura científica, se comprueba que no existen muchos estudios que verifiquen las razones biológicas que determinan qué factores llevan a algunas personas a afirmar que no se identifican con su sexo biológico. Según varios estudios, entre ellos los del Diagnostic and Stadistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) la mayoría de niños y niñas que se identifican con un género opuesto al biológico, dejan de hacerlo al llegar a la edad adulta.

“El determinismo biológico no es suficiente para entender la identidad de la persona, es necesario atender al factor cultural, ambiental, familiar, vivencial, etc., para encontrar los matices. Las personas cuando nacen “no están hechas del todo”, necesitan “hacerse”: definirse, descubrirse, conocerse, “saber quién son”, explican.

Buena práctica médica

En cualquier caso, si unos padres solicitan ayuda para su hijo o una persona pide consejo para resolver algo que le genera sufrimiento o malestar subjetivo, el profesional que quiere hacer una buena práctica médica, psicológica o psicoterapéutica primero “intenta aceptarle y escuchar sin juzgar, después procurará ahondar en el origen y causas de lo que genera el malestar y, en acuerdo y colaboración con quien pide ayuda, trazar un plan para buscar una solución o atenuación a su sufrimiento”, apuntan los expertos.

En todo caso, recuerdan que todo buen profesional evitará activamente manipularle, obligarle, forzarle más o menos activamente a que encauce su vida hacia ningún sitio. “Esto no significa inactividad o pasividad por parte del profesional, sino precisamente una aceptación activa de la libertad, con todo su sentido, de la persona con quien está trabajando en consentimiento y colaboración”.

Malestar sobre la orientación sexual

En este sentido, ante un malestar relativo a la orientación sexual, a la afectividad, a las relaciones sexuales, a los objetos/sujetos de deseo sexual, a la identidad sexual, a la satisfacción sexual, el rendimiento sexual, la ausencia de interés sexual o cualquier otro motivo de petición de ayuda, si el profesional actúa de acuerdo con el código deontológico y se guía por la buena praxis, “podrá ayudar a cualquier persona que lo necesite porque se enmarcará perfectamente en las leyes nacionales y autonómicas al no proponer terapias que no están aprobadas por ninguna escuela ni colegio profesional, sino que empleará aquellas terapias psicológicas sí probadas científicamente para ayudar a la persona a tener autonomía, ejercer su libertad, descubrir su propia identidad”, etc. 

De esta manera  - prosiguen los psiquiatras consultados - el profesional ayuda a la persona y colabora con ella para que sea ella quien descubra lo que desea y por dónde quiere llevar su vida, también la vida sexual.

“Los profesionales conocemos que los problemas relativos a la sexualidad, de cualquier tipo desde una disfunción eréctil a una disforia de género, pueden tener su origen en muy diversas causas, desde un problema cotidiano a una patología psiquiátrica, por eso somos muy prudentes en la evaluación e intentamos no hacer juicios a priori sobre lo que tiene que ser o no ser”, exponen.

Aprender por imitación  

La pedagogía considera que uno de los aprendizajes del niño es por imitación y lo normal, para este experto que es un hijo/hija imite comportamientos de ambos progenitores y de hermanos/hermanas.

“Hacer cosas culturalmente asociadas a varón o mujer, no implica mayor o menor masculinidad o feminidad. No se es menos masculino por jugar con muñecas ni menos femenina por jugar al rugby. Se puede reforzar la identidad de cada hijo/hija aprovechando cualquier actividad que realice, gusto que tenga o modos de expresarse que utilice. Es necesario emplearse como padres y madres, sin delegar la promoción de la identidad de cada hijo en los profesores, los amigos, los youtubers o los internautas de algún foro”, dicen los psiquiatras.

¿Cómo dialogar?

¿Cómo hablar con un hijo pequeño que perece que tiene tendencias de otro sexo? ¿Y cuando el hijo es adolescente?

“Antes que hablar es mejor escuchar – puntualizan - . Se empieza desde que está en el útero y ya no se para hasta la muerte. Para que te hable una vez de cosas de fondo, necesita que le escuches cien veces sobre asuntos que parecen superficiales. Escuchar para saber qué detalles le interesan de cosas que a ti nunca se te ocurriría explicarle. Intenta conectar con sus emociones y sentimientos en ese momento: curiosidad, preocupación, desafío, miedo, interés”.

Insisten los expertos que es vital hablar de sexualidad en casa, sin miedo y animar a los hijos a hablar. Y ofrecer algunas pautas o consejos evitar cortar las conversaciones cuando sean respetuosas; es mejor hablar pronto que tarde, y mejor tarde que nunca; equilibrar conversaciones según edad; dejar libertad y a la vez no ser ignorantes de sus cosas; no echar la bronca, sí hablar con seriedad, comprender, acompañar, aprovechar para unirse y hacer equipo. Dar un abrazo, facilitar formación; responder siempre y si no se sabe, decir que vamos a preguntarlo a alguien que sepa o a comprar un libro para leerlo juntos; argumentar en positivo, sin enjuiciar, proponiendo modelos interesantes; facilitar historias que hagan pensar: los sermones no llegan. Historias de personas, historias de amor, eso es lo que les importa; Responder con un lenguaje elegante, positivo, afirmativo, que promueve el desarrollo y la integración personal, iremos humanizando la sexualidad, ayudándoles a recuperar la fe en el amor y la ternura; darles formación y libertad; contar experiencia personal si la hay. 

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