Se incrementa la depresión juvenil en Estados Unidos

Expertos apuntan al declive de la fe religiosa como una de las causas del aumento de suicidios entre los jóvenes

Sostienen que la cultura secular solo ofrece distracciones materiales vacías y piden al gobierno que sea menos hostil con la religión

Imagen del artículo. Foto Antonio Guillem.
Imagen del artículo. Foto Antonio Guillem.

Un informe realizado por los expertos Paul Vitz y Bruce Buff titulado “Los adolescentes en crisis: ¿Por qué necesitamos recuperar la religión?”, afirma que sin la creencia en la transcendencia,  muchos jóvenes quedan enganchados al sexo, drogas y redes sociales.

La información ofrecida por Vitz (un investigador de la Universidad Divine Mercy y profesor emérito de psicología en la Universidad de Nueva York) y Buff (consultor y autor del thriller científico-espiritual The soul of the Matter) sostiene que en Estados Unidos aumentan los casos de jóvenes que sufren depresión, ansiedad o problemas de salud, según recoge National Review.

El artículo señala otro de los problemas de salud mental en la juventud: en Estados Unidos, los suicidios de pre-adultos han aumentado de tres a cinco desde la década de 1950 y siguen aumentando. Además, el 10% de los jóvenes está tomando antidepresivos.

Vitz y Buff se hacen eco de la hipótesis que la periodista Susana Schrobsdorff apunta en la revista Time: “Los adolescentes actuales tiene la reputación de ser más frágiles, menos fuertes emocionalmente y están más angustiados que sus padres. Este deterioro mental choca con la mejora económica desde hace 50 años, y el avance de la psiquiatría, entonces, ¿qué hay detrás de esta preocupante tendencia?”

Schrobsdorff sugiere que una cultura plagada de redes y medios sociales, smart phones y la presión en la escuela es una de las causa.

Sin embargo, Vitz y Buff consideran que estos factores son recientes y no surgieron hasta después de observar el aumento de los problemas de salud mental de los adolescentes.

Declive de la fe religiosa

Estos investigadores consideran otro factor: el declive en nuestra sociedad de la fe religiosa como la causa de estas patologías mentales en los jóvenes. El descenso de la práctica religiosa comenzó en los años 60 y se ha acelerado en los últimos 15 años y en especial, entre los jóvenes.

Una reciente encuesta concluye que más de un tercio de los jóvenes encuestados se describían a sí mismos como “no creyentes en nada en particular”. “La omisión de Schrobsdorff de la declinación religiosa es una indicación de lo grande que ha sido la decadencia religiosa de nuestra cultura secular.  Los medios, simplemente no caen en el factor religioso”, apuntan Vitz y Buff en su artículo.

Los expertos consideran que en América, la dimensión trascendente de la vida se ha expresado históricamente, principalmente a través de la tradición judeo-cristiana, cuyo declive en los últimos años ha creado un enorme vacío.

Este vacío ha sido “llenado” por el nihilismo posmoderno, combinado con la “deconstrucción” - agresivamente enseñada en escuelas y universidades - de la creencia en la verdad objetiva, la bondad y la belleza. El relativismo moral ahora eclipsa el significado trascendente.

 

Beneficios de la religión

Los expertos consideran que el entumecimiento emocional es una de las consecuencias. Ya no se valoran por su valor y dignidad inherentes como seres creados por Dios; ya no encuentran autoestima en sus esfuerzos por llevar una vida basada en la verdad y el amor. “En cambio, muchos de nuestros jóvenes buscan un sentido a la vida, porque muchos encuentran superficiales, transitorios y vacíos los bienes materiales”, dicen.

“Además, - continúan los expertos en el artículo- la decadencia de la religión ha dado lugar a que las relaciones sexuales se banalicen, y se priven de cualquier significado mayor. La cultura hook-up deja a muchos jóvenes heridos. Mientras que la cultura  secular se ha dedicado a deshacer sus creencias religiosas, la evidencia de los efectos positivos de la vida religiosa ha sido repetidamente evidenciada por muchos estudios en las últimas décadas”.

Vitz y Buff afirman que muchos de estos estudios demuestran que las personas fuertemente religiosas son más felices, más sanas y viven más tiempo que aquellas sin creencias y prácticas religiosas. Tener fe en Dios y atribuir un significado religioso a la vida ancla a la gente, dirige sus esfuerzos hacia cosas más allá del mundo material, los protege de los contratiempos y proporciona comunidad de apoyo.

Gobiernos menos hostiles

“¿Qué se podría hacer?”, se preguntan Vitz y Buff. “Para comenzar, el gobierno debería ser menos hostil con la religión. Numerosos jóvenes viven ahora en un mundo sin verdadero sentido: sienten que no hay nada en lo que creer”, señalan.

También, animan a que padres y madres alienten la vida religiosa en la familia e inviten a sus hijos a unirse a grupos religiosos. Asimismo, los colegios religiosos pueden enfatizar regularmente la importancia de Dios y los empresarios y otros profesionales pueden hablar sobre su fe en los lugares públicos.  

“Consideramos que estamos ahora en el umbral de otra renovación. Rezamos por ello, ya que nuestra cultura secular no ofrece razones creíbles para creer en un significado superior. Ofrece solamente distracciones materialistas vacías en una marcha lenta al suicidio social. La situación de nuestros jóvenes parece una llamada de atención que ya no podemos ignorar”, concluyen Vitz y Buff.

Una lectora de Religión Confidencial, Eva M. Catalá, se ha hecho eco de este artículo.





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