Cristina Inogés: “El cristianismo no debió convertirse en una religión”

Calificada como “teóloga de la Facultad de Teología Protestante de Madrid”, miembro del Sínodo, firma un cuaderno del Centro Cristianismo y Justicia de Cataluña (jesuitas)

Cristina Inogés: “El cristianismo no debió convertirse en una religión".
  1. Facultad de Teología Protestante
  2. Hemos descubierto que sabemos pensar
  3. El cristianismo no debió convertirse en una religión
  4. Sacerdotes funcionarios sacramentales
  5. Silencio de los obispos
  6. Divorciados, sacerdotes secularizados
Cristina Inogés.

Los jesuitas del Centro Cristianismo y Justicia de Cataluña acaban de publicar uno de sus famosos Cuadernos, el número 238. Escrito por Cristina Inogés lleva el título “Del Sínodo al jubileo: construyendo comunidad en diálogo”.

Se supone que Inogés es un persona autorizada para hablar del Sínodo, ya que ha sido elegida por el Papa para participar en esta Asamblea desde el inicio, con un destacada intervención inicial el pasado año.

Facultad de Teología Protestante

Esta laica, del entorno del cardenal Juan José Omella, es calificada de “teóloga por la Facultad de Teología Protestante de Madrid, SEUT”. Y es una de las personas que tienen voz y derecho a voto en el Sínodo, como se recuerda en esta publicación de los jesuitas.

Es además una habitual invitada por algunos obispos españoles para hablar en sus diócesis sobre el Sínodo y sobre la situación actual de la Iglesia. No hace mucho, se hizo público que había sido fichada por Portocolom Agencia de Valores,  para impulsar el área de consultoría y formación de Instituciones de la Iglesia. Contribuirá a desarrollar los servicios de consultoría y cursos de formación adaptados a la Vida Religiosa, siguiendo las guías del Vaticano y las nuevas realidades eclesiales más allá del economato.

Hemos descubierto que sabemos pensar

Lo que interesa de Inogés es su pensamiento, su teología, suponiendo que sea por eso por lo que el Papa la ha convocado para ser miembro del Sínodo. Espiguemos algunas afirmaciones más llamativas de su trabajo publicado por los jesuitas, dado que su bibliografía no es abundante.

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Comienza su trabajo afirmando que “la apuesta más fuerte, sin duda alguna, ha sido el Sínodo de la sinodalidad donde por primera vez todo el pueblo de Dios ha podido participar. Esta invitación a la participación de todos –que incluso se hizo para los no creyentes– nos ha permitido descubrir una realidad que, estando presente y de forma evidente, nos había pasado desapercibida: que sabemos pensar, que sabemos articular nuestros pensamientos y que sabemos escucharnos bajo la guía del Espíritu. Tan increíble como cierto”.

Se trata de un sorprendente ¿Tan increíble como cierto?

El cristianismo no debió convertirse en una religión

En el primer capítulo dedicado a la Sinodalidad hace afirmaciones como que “el cristianismo no debió convertirse nunca en una religión en el sentido de separar a una parte, mínima, de los demás, los sacerdotes –el clero–, aunque con influencia, mucha influencia, sobre el resto. En realidad, Jesús nos dejó una forma de vida que es mucho más comprometida, aunque de manera menos rígida que una religión”.

Desde el punto de vista teológico hace otras afirmaciones llamativas. Como por ejemplo la siguiente, sobre los milagros de Jesús: “Hay una realidad que es evidente, pero que a muchas personas –por extraño que parezca– les sorprende que todas las personas a las que Jesús curó terminaron por morir. Eso pasaba porque la cura de Jesús era biográfica, no biológica. Optar libremente por la misericordia, convertirnos en «misericordiosos impuros», saber que entramos en la fragilidad, nos hace mucho más fuertes…”.

Su afirmación plantea esta pregunta: ¿Los milagros en los que Jesús curaba no eran biológicos?

Sacerdotes funcionarios sacramentales

Sobre la concepción del sacerdocio, realiza la siguiente afirmación: “Durante toda su vida, se dice que el sacerdote debe seguir configurándose a Cristo siervo, Cristo pastor, Cristo sacerdote y Cristo cabeza. Cuando escucho y leo esto, me pregunto: ¿Y el Jesús hombre? ¿Dónde queda el Jesús hombre? Porque da la sensación de que la figura y el ser del sacerdote tiende a estar muy espiritualizada y señalada hacia lo cultual, corriendo el riesgo de terminar siendo funcionarios sacramentales y hombres de reuniones para tener más reuniones”.

Otras reflexiones sobre el sacerdocio, a las que dedica una buena parte de su texto, son del siguiente tenor: “Estamos asistiendo a espectáculos de lo más insultantes e hirientes por parte de algunos clérigos cuya identidad sacerdotal no anda precisamente afinada. Esa confundida identidad hace que una porción del pueblo de Dios sea manipulada a su antojo porque, en definitiva, lo que hacen es colocarse ellos en el centro, no a Jesucristo y su mensaje”.

Silencio de los obispos

Lo que igualmente interpela a los obispos, dado que “también estamos asistiendo, por «no» extraño que parezca, al silencio de los obispos de sus diócesis, quienes con su silencio, lejos de ocuparse de ellos y de las situaciones que provocan, les dan un aire que algún día será irrespirable”.

Esto conduce a su propuesta de “transformar los púlpitos en espacio de diálogo y los confesionarios en espacio de acogida no es algo que solo os desafía a vosotros como sacerdotes, sino que debe tocar a todos los espacios de nuestros templos, todos los espacios parroquiales. Estamos ante el desafío de construir nuevas arquitecturas de relaciones”.

Divorciados, sacerdotes secularizados

Otra muestra de su pensamiento. En un anterior apartado, “¡Todos, Todos, Todos!”, se refiere a los procesos de integración de todos en la Iglesia. Sobre todo de los que viven en los márgenes, como “las mujeres –pese a los avances, seguimos en el margen de la Iglesia y, en muchas ocasiones y países en el margen de la vida–; las comunidades LGTBIQ+ –que nadie crea que las bendiciones los hace estar plenamente admitidos–; los divorciados que han iniciado una nueva vida en pareja –tampoco ellos, siendo bendecidos, son admitidos sin problemas–; sacerdotes secularizados a los que se ha hecho vivir como si fueran apestados; teólogos y teólogas señalados por sus reflexiones…”.

¿Qué influencia tendrá el pensamiento y la teología de una de las representantes de la Iglesia españolas en el Sínodo? Se verá en los próximos días.