Apoyos y críticas a George Gänswein sobre su polémico libro 'Nada más que la verdad, mi vida al lado de Benedicto XVI'

El secretario personal de Joseph Ratzinger desde 2003, rechaza haber conspirado contra Francisco y habla de dos grupos en la Iglesia

El arzobispo Georg Gänswein (derecha), besando el féretro de Benedicto XVI. Credito EWTN Vatican.
El arzobispo Georg Gänswein (derecha), besando el féretro de Benedicto XVI. Credito EWTN Vatican.

El secretario personal del Papa emérito, el arzobispo Georg Gänswein, quien ha acompañado a Benedicto XVI antes y durante su pontificado y también en estos últimos años de vida, prefecto de la Casa Pontificia (conjunto de personas seleccionadas para formar parte del entorno del papa) está, como titulan varios medios de comunicación en "el ojo del huracán". ¿El motivo? El polémico libro sobre sus memorias que verá la luz esta semana titulado 'Nada más que la verdad, mi vida al lado de Benedicto XVI' (editorial Piemme).

Algunos han criticado este libro, acusando a Gänswein de pregonar "malestares y cizañas" y que sus memorias "harán daño a la unidad de la Iglesia". Otros consideran que Gänswein conocía mejor que nadie al Papa Benedicto XVI y si escribe estas memorias, cuenta con la autorización de Ratzinger y su objetivo es decir la verdad sobre ciertos rumores que mancharon el buen nombre de Benedicto y el suyo propio. 

Sobre su oposición a Francisco 

El caso es que este libro levantará ampollas y abrirá heridas. Sin embargo, como apunta Javier Martinez-Brocal, corresponsal de ABC en el Vaticano, "Gänswein, que ha trabajado como secretario personal de Joseph Ratzinger desde 2003 hasta el día de su fallecimiento, responde con este libro a quienes lo han considerado mentor en la sombra de la oposición al Papa Francisco, y rechaza haber conspirado". 

Gänswein explica que las continuas comparaciones entre el Papa Francisco y Benedicto XVI "siempre han entristecido Ratzinger, sobre todo cuando el comentario procedía desde dentro del Vaticano". 

Martinez-Brocal asegura también que Benedicto XVI tenía un profundo respeto hacia su sucesor. "Están a la vista de todos las diferencias en el modo de actuar y en matices de juicio teológico con los que ambos papas han afrontado las cuestiones durante su pontificado. Pero Benedicto no ha hecho jamás interpretaciones o valoraciones sobre la estrategia de Francisco", escribe el secretario personal del ex papa emérito. 

Dos grupos que han creado tensión 

En su opinión, el problema no ha sido la existencia de dos Papas, sino "el nacimiento y desarrollo de dos grupos de partidarios, pues con el paso del tiempo se vio que hay dos visiones de la Iglesia. Y estos dos grupos han creado una tensión que ha tenido eco en quienes no eran conscientes de las dinámicas eclesiales".

El libro contiene además datos inéditos muy relevantes sobre Benedicto XVI, como que en 2006 dejó escrita una declaración formal de renuncia que entraría en vigor en caso de impedimento permanente, si llegara el caso de que "no tuviera las condiciones físicas o mentales para ser Papa". 

Sufrimientos de Benedicto por la Iglesia 

En una entrevista inédita realizada por Andrés Garrigó, director de Goya Producciones, como parte del documental “Benedicto XVI, el Papa Emérito”, que ahora está disponible en la plataforma Famiplay.com, Gänswein aborda también los sufrimientos de Benedicto por la situación de la Iglesia y las calumnias de las que fue objeto.

“Cuando el Papa Benedicto me dijo que estaba pensando en renunciar –afirma Gänswein–, mi primera reacción instintiva fue: ‘¡Pero eso no es posible, Santo Padre! No es posible. No es posible porque, si el servicio petrino es demasiado exigente, demasiado pesado, hay que reducirlo un poco, hay que dar pasos más pequeños, pero no abandonarlo’. Intenté -explica Gänswein- incluso con argumentos, pero me dijo: ‘¡No! ¡No! Lo he pensado bien. He rezado. En resumen… ya no tengo fuerzas. Por el bien de la Iglesia y por el amor de Cristo tengo que irme, tengo que renunciar’.

 

El arzobispo alemán explica en la entrevista el valor y firmeza con que abordó los primeros casos de pedofilia entre miembros del clero, así como los complejos problemas que fueron surgiendo en la Curia Romana, y fuera de ella en el IOR y sus entramados financieros.

Especial interés tiene el análisis de Gänswein sobre el legado de Benedicto, como teólogo, escritor y hombre de gobierno, y el respeto con el que se le escuchó entre intelectuales y gentes de diversos orígenes, credos y países. 

Se quedó sin palabras 

Sobre su polémico libro, y según revela Europa Press que ha tenido acceso al mismo, las primeras informaciones apuntan algunas cuestiones polémicas. 

Estas son algunos puntos que el secretario personal de Benedicto XVI revela en su libro: 

  • Ganswein ha revelado que se quedó "en shock" y "sin palabras" cuando el Papa Francisco le encargó que dejara a un lado sus ocupaciones como prefecto de la Casa Pontificia para dedicarse a cuidar de Benedicto XVI.  
  • Tras la polémica por el libro del cardenal Sarah, se reunió con Bergoglio y este le dijo: "De ahora en adelante, quédate en casa, acompaña a Benedicto, que te necesita". 
  • Cuando trató de replicar, diciéndole a Francisco que lo había estado haciendo durante siete años y que podía continuar haciéndolo, el Papa le respondió que él seguía siendo prefecto pero que, a partir del día siguiente, no volviese a trabajar.
  • De vuelta al monasterio, recuerda que, al contárselo a Ratzinger, este le dijo en tono irónico: "Parece que el Papa Francisco ya no se fía de mí y quiere que seas mi guardián".
  • Gänswein también se refiere en el libro a un episodio que le hizo sentirse "humillado" cuando, según explica, el Papa Francisco le dijo que su presencia no era necesaria en una visita el pasado junio de 2014 a la comunidad de San Egidio. 
  • "Después de algunos meses de pontificado, vi que no conseguíamos crear el oportuno clima de confianza necesario para el trabajo de prefecto de la Casa pontificia", dice Gänswein en su libro. 
  • A Benedicto XVI le provocó "dolor en el corazón" cuando Francisco limitó la misa en latín. "Le afectó mucho. Creo que al Papa Benedicto se le rompió el corazón al leer el nuevo Motu Proprio, porque su intención era que aquellos que simplemente habían encontrado un hogar en la antigua Misa encontraran paz interior, paz litúrgica, y alejarlos de Lefebvre. Y si se piensa en cuántos siglos la antigua Misa ha sido fuente de vida y alimento espiritual para muchas personas, incluidos muchos santos, es imposible imaginar que ya no tenga nada que ofrecer. Y no olvidemos que muchos jóvenes que nacieron después del Vaticano II y que no comprenden plenamente todo el drama del Concilio – que estos jóvenes, aunque conocen la nueva Misa, todavía encuentran un hogar espiritual, un tesoro espiritual incluso en la Misa antigua. Para quitarle este tesoro a la gente…. Bueno, no puedo decir que me sienta cómodo con eso". 
  • Habla también en el libro de la decisión del Papa Francisco de no vivir en los apartamentos del Palacio Apostólico y mudarse a una habitación más pequeña de Casa Santa Marta. Gänswein incide en que la decisión de Francisco no puede atribuirse a una "cuestión de ahorrar dinero", ya que, aunque no viva ningún pontífice, sigue siendo atendido desde el punto de vista de la limpieza y la manutención, sino a la "psicología personal" del propio Bergoglio.
  • Revela además que fue durante la JMJ en Madrid cuando Benedicto XVI se planteó por primera vez renunciar a su cargo y aclara que la decisión de renunciar fue definitiva e irreversible durante el viaje apostólico a México y Cuba, entre el 23 y el 29 de marzo de 2012, sobre todo, después de que tropezase con un felpudo mientras estaba en el baño afeitándose cayéndose de espaldas y golpeándose la cabeza con la repisa de la ducha.

Escándalo Vatileaks

En algunas otras entrevistas Gänswein explica que los documentos del llamado "escándalo Vatileaks" se los robaron a él, de su escritorio, no de la mesa del Papa Benedicto, como muchos especularon. También detalla que Benedicto tenía pensado renunciar desde mucho antes del Vatileaks, viendo mermar sus fuerzas. El Vatileaks no influyó en la renuncia.

Ayer, el Papa Francisco recibió en audiencia personal al arzobispo alemán Georg Gänswein, aunque el Vaticano no ha informado del motivo de esta visita. 


 

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