Más de 20.000 sefardíes piden la nacionalidad española

Estatua de un judío sefardí.
Estatua de un judío sefardí.

Desde que se promulgó la ley 12/2015, de 24 de junio, en materia de concesión de la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España, más de 20.000 de estas personas, descendientes de los judíos que vivieron en la Península Ibérica y que tras los Edictos de 1492 que compelían a la conversión forzosa o a la expulsión, se han interesado por solicitar la nacionalidad española, según revela a Religión Confidencial  Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías en España.

Para Querub esta ley fue de un enorme éxito emocional, porque de alguna manera derogó el delito de expulsión de 1492. Las comunidades judías de América Latina y algunas de Estados Unidos, son las que han tomado más interés. Ahora, es necesario demostrar el origen de estos descendientes de los judíos.

Las comunidades sefardíes, tras ser expulsados, “mantuvieron un caudal de nostalgia inmune al devenir de las lenguas y de las generaciones”, reza la disposición del BOE.  Como soporte conservaron el ladino o la haketía, español primigenio enriquecido con los préstamos de los idiomas de acogida. En el lenguaje de sus ancestros remedaban los rezos y las recetas, los juegos y los romances.

La memoria y la fidelidad han permanecido a lo largo de los tiempos en una numerosa comunidad que mereció el honor de recibir su reconocimiento con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1990.

En los albores del siglo XXI, las comunidades sefardíes del mundo se enfrentan a nuevos desafíos: algunas quedaron maltrechas bajo la furia de los totalitarismos, otras optaron por los caminos de retorno a su añorada Jerusalén; todas ellas vislumbran una identidad pragmática y global en las generaciones emergentes.


 

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