La "morriña" del Papa Francisco

Tras su visita al Papa Francisco, monseñor Oscar Vicente Ojea le confió a al equipo diocesano de comunicación varios detalles de su estancia en Roma Junto al Santo Padre. El obispo reveló que el Papa tiene algunas dificultades con los idiomas y que extraña a sus amistades de Argentina. En esta visita, el obispo de San Isidro compartió muchos momentos a solas con el Papa en los que tuvieron la oportunidad de conversar sobre sus mutuas amistades en Argentina y sobre la realidad de la Iglesia en el mundo.

"Me preguntó por sacerdotes y amigos comunes, cómo estaban... como quien se encuentra con alguien después de mucho tiempo. Hacía una observación sobre cada uno, y entonces imaginé que debía de extrañar un poquito" explicaba el obispo Ojea quien conoce bien al Papa tras haberle servido como obispo auxiliar durante tres años. Además el Santo Padre le confesó que gastaba "bastante" en llamadas telefónicas a Argentina pero bromea diciendo que compensa el gasto quedándose a vivir en Santa Marte en vez de en el palacio apostólico.

En cuanto a los idiomas, Francisco le confesó a monseñor Ojea que tenia algunas dificultades con el acento portugués que tanto habría necesitado durante la JMJ en Río de Janeiro. También habló sobre la alegre sorpresa que recibió el Papa al escuchar la historia de Gabriela Caballero una presidiaria que prepara en la cárcel las hostias que monseñor Ojea utiliza en sus misas. "En el primer desayuno le hablé de Gaby, le entregué la carta y las fotos que había mandado sobre el taller de hostias. Él se quedó muy impactado por el sentido de que esta chica hiciera las hostias con que nosotros celebramos la misa", relató el obispo.

 

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