El Nuncio asistió a una despedida singular, la del embajador de Irán en España
Manuel Monteiro de Castro hace honor a su condición de diplomático, y cumple puntualmente sus obligaciones de representación como tal. Incluso en entorno algo más complicados, como puede ser la embajada de Irán en Madrid. El nuncio asistió el martes, a última hora de la tarde al coctel que ofreció el actual embajador, con motivo de su despedida del cargo porque retorna a Teherán. Un acto en que la esposa del embajador, de acuerdo con el islamismo más estricto, apareció con rigurosos atavíos que le ocultaban completamente, salvo los ojos.