Muchos de los que asistieron a la recepción de despedida del nuncio Monteiro de Castro coincidieron en que la fiesta tuvo un tono muy cordial. Al nuncio se le vio contento, agradecido por el amplio número de obispos y de colegas diplomáticos que acudieron a decirle adiós. El 'diplomático vaticano' pudo disfrutar, además, de la presencia de sus familiares, que viajaron desde Portugal para acompañarlo en un día tan especial.
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