Andrés Ollero, en la diana del PSOE por su coherencia
Al magistrado Andrés Ollero, recién llegado al Tribunal Constitucional, le ha caído en suerte por esos repartos ciegos que tiene la justicia, la redacción de la ponencia sobre la ley del aborto que aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que convertía un delito despenalizado en un derecho. El socialista Óscar López, secretario de organización, no ha tardado en criticar que sea Ollero el que escriba el texto sobre el que discutirán todos los jueces. Incluso pide que se inhiba por haber mostrado en numerosas ocasiones cuál es su posición sobre este tema y otros de calado, como el matrimonio homosexual.
Unas acusaciones de este tipo parten de la premisa falsa de que solo puede ejercer con profesionalidad la enorme responsabilidad de este cargo aquel jurista que jamás se haya pronunciado en ningún sentido -ni a favor ni en contra- de temas como el aborto o el matrimonio homosexual. Si el PSOE fuera ecuánime, estaría solicitando un perfil de jurista que no existe, uno que no tuviese una opinión, fundada y argumentada, por supuesto, sobre si prima el derecho de un niño a vivir o el supuesto derecho de la madre a mantener las mismas costumbres que tenía antes de que una nueva vida empezase a crecer en su interior.
Lo cierto es que una de las razones por las que deberían ser elegidos los miembros de este órgano del Estado es, precisamente, su amplia trayectoria jurídica, con profusión de sentencias, con numerosa doctrina, con posicionamientos, en fin, que demuestren los conocimientos y el juicio recto del magistrado. Para colmo, la cla mediática de los socialistas se hace eco del hecho de que Ollero sea creyente. Andrés Ollero ha demostrado en sus largos años de carrera su coherencia como jurista y como persona. Es absurdo que esté en la diana del PSOE por este motivo. Lo verdaderamente sorprendente sería que no tuviese opinión respecto a un tema clave como es la defensa de la vida.
Zenón de Elea
