Un Vía Crucis ‘Laudato Si’ elaborado por la archidiócesis de Granada

Se trata de 14 estaciones de penitencia, inspirados en el espíritu de la encíclica, que relaciona la Creación con el misterio del sacrificio redentor de Jesús

Vía Crucis.
Vía Crucis.

El Instituto Laudato Si’ de la archidiócesis de Granada ha redactado un Vía Crucis con ocasión del Año Especial del V aniversario de la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común, informa el obispado. 

"La Creación nos puede servir para reflexionar sobre el misterio del mal, el sufrimiento y la muerte". Este es el argumento pensado desde el Instituto 'Laudato Si’ de Granada y para ello ha compuesto un Vía Crucis especial inspirado en el espíritu de la encíclica.

Catorce estaciones de penitencia 

Son 14 estaciones de penitencia que encuentran su eco en nuestra relación con el mundo creado. Un Vía Crucis transido por la belleza de la Creación, que ilumina el misterio del sacrificio redentor de Jesús en la Cruz.

“Acompañados por Cristo y unidos a toda la Iglesia, hagamos este camino de fe, esperanza, y caridad que es el santo Vía Crucis”, afirma D. Ildefonso Fernández-Fígares, sacerdote del Instituto Laudato Si’. “Al igual que tras la noche llega el día y tras el invierno la primavera, así también tras la muerte llega la vida eterna”.

Daño que causamos a la creación 

Así por ejemplo, en la primera estación, "Jesús es condenado a muerte" el texto señala: "Cuando intentamos colocar al hombre como dueño y señor de todo, como fin absoluto de la creación, lo sentenciamos—como Pilato—a su propia muerte y, en consecuencia, condenamos también la naturaleza. Ponemos en jaque el valor que el mundo—creado y, por tanto, amado por Dios—y, entre todas las criaturas, especialmente el hombre tiene en sí mismas".

"En la actualidad -prosigue el texto-  ha crecido nuestra incapacidad y desinterés por medir el daño—y sus consecuencias—que causamos a la creación, y que nos impide reconocer cómo en sí misma contiene una gramática divina para todos nosotros. Cuando se condena a muerte a Cristo se condena, de alguna manera, toda carne, todo lo creado. Condenamos a muerte a la naturaleza porque hemos querido suplantar el papel de Dios. No nos vemos como colaboradores con Él. Queremos ser emprendedores autónomos. Queremos decidir nosotros. Y, sin embargo, no somos conscientes de que, ajenos de Dios, estamos condenándonos a nosotros mismos. A la humanidad".

Dejar de lado a los más débiles 

Esta primera estación afirma: "Cuando dejamos de lado a los débiles, a los sin voz, a los más pequeños y necesitados, a los que consideramos una carga para el mundo, a los últimos y descartados…; cuando perdemos el sentido de responsabilidad para con cada ser humano…; cuando abusamos insolidariamente de nuestro mundo…; entonces estamos nuevamente condenando a muerte a Jesús". 

"Señor Jesús, queremos ser colaborares de tu obra de salvación. Deseamos tener una nueva relación entre nosotros y con la creación: animada por tu Espíritu, sana, con capacidad de asombro y gratitud hacia todos y todo lo creado. Pero para ello necesitamos que nos ayudes a hacernos hombres nuevos, con capacidad para valorar, cuidar, y amar todo lo que Tú, con tanta confianza, has puesto en nuestras manos. Oremos: Oh Dios, muéstranos, como creador de todo, la preciosa relación que nos entrelaza con la creación y así podamos cuidarnos unos a otros por el uso respetuoso de todo lo que, gratuitamente, nos has dado. Que cada vez seamos más conscientes de que todo hombre es para sí mismo, para los demás, y para este mundo, un don tuyo; y así no condenarnos sino admirarnos, respetarnos, y amarnos. Por Cristo nuestro Señor. Amén". 

El Via Crucis está disponible en este enlace y desde la página web del Instituto Laudato Si’.

 

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