Una religiosa pide promover la visibilidad femenina en la Iglesia desde el diálogo y no con críticas agresivas
Carolina Blázquez, profesora de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, afirma que las mujeres tienen “capacidad de orientar y dirigir instituciones eclesiales”
La religiosa contemplativa y profesora de teología dogmática en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid, Carolina Blázquez, asegura que los ministerios femeninos en la Iglesia deben estar ligados a la peculiar condición de la mujer dotada a la contemplación, a su modo peculiar del ejercicio de la teología y a su capacidad de “dialogar y reconciliar”, lo que las constituye en “mediadoras de paz y perdón”.
Carolina Blázquez, religiosa agustina contemplativa, argumenta que los ministerios femeninos en la Iglesia deben estar ligados a la peculiar condición femenina dotada a la contemplación. “Desde nuestra singularidad, las mujeres tenemos capacidad de orientar, dirigir y sustentar las instituciones eclesiales, no solo la familiar, también la universitaria eclesiástica, en el ámbito diocesano, las delegaciones o los tribunales eclesiásticos”, señala a Religión Confidencial.
Afirma que todos “estos rasgos y pinceladas, profundamente mariales, abren puertas, espacios y cargos concretos de la Iglesia donde la mujer cristiana puede y debe estar presente como una gracia para bien de la misma Iglesia y del mundo”, recalca.
Doctora en teología dogmática, destaca que las mujeres “tenemos un modo peculiar y distinto al varón de ejercer la teología, de acompañar, de catequizar. Este modo está ligado a nuestra capacidad de dialogar, aunar y reconciliar que nos constituye en mediadoras de paz y perdón”.
En esta línea, cuestiona los intentos por promover la visibilidad de la mujer en la Iglesia desde una “actitud crítica, agresiva y deconstructiva, incluso desde miembros de la misma Iglesia, buscando una igualdad con el hombre que anule las diferencias entre ellos”. Para esta teóloga, estos intentos parten de una antropología que desfigura la dignidad del hombre y la mujer, anulándoles.
“La revolución es destructiva”
Esta joven teóloga de 37 años de edad, afirma sentirse muy “agradecida a Dios” por el tiempo que le ha tocado vivir en el reconocimiento de la mujer dentro de la sociedad y de la Iglesia, pero matiza: “La dignidad de la mujer está en la singularidad de su condición y esto implica abordar los retos de la Iglesia en el diálogo con el mundo, en un serio discernimiento que pasa por aceptar la voluntad de Dios: mi condición sexuada que se inscribe en una historia y en unos límites. La deconstrucción y la revolución son destructivas, la crítica profética es siempre esperanzadora”, señala.
Recuerda que la presencia de la mujer es ahora más patente en ámbitos eclesiales, educativos-universitarios teológicos, en las comisiones diocesanas y romanas de discernimiento, en los Sínodos, en las Congregaciones de Roma, etc.
Carolina Blázquez vive en el Monasterio de la Conversión de Sotillo de la Adrada (Ávila). Es profesora de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de la diócesis de Madrid. Forma a futuros sacerdotes y a distintas personas que quieren estudiar teología. Las asignaturas que imparte están relacionadas con la teología litúrgica. “Gracias a la liturgia, el sacerdote, hace experiencia viva de lo que estudia y tiene una fuerte dimensión pastoral”, señala.
Vive en una comunidad nueva dentro de la Orden de San Agustín que busca abrir espacios de encuentro y evangelización. Residen 31 hermanas, algunas en periodo de formación y otras estudiando teología. Estudió teología en la Universidad Eclesiástica San Dámaso y en la Universidad Pontificia de Salamanca, además de realizar algún curso en Roma y París.