El rector del Seminario de Madrid habla de los principales retos ante la visita con el Papa
“Los seminaristas viven el celibato como un don. Lo que les preocupa más es como llevar el gozo de la fe a una sociedad tan secularizada”, afirma José Antonio Álvarez
- 84 seminaristas
- Perfil de los seminaristas madrileños
- Una formación integral
- Sobre el celibato
- Generación de sacerdotes
El próximo sábado 3 de febrero, los seminaristas madrileños visitarán al Papa Francisco acompañados del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, y de todo el equipo de formadores del Seminario Conciliar.
84 seminaristas
Serán 84 seminaristas los que tendrán la oportunidad de participar en esta audiencia privada con el Santo Padre que se celebrará en el Palacio Apostólico. La última visita que el Seminario realizó al Pontífice fue hace una década. Se enmarcó dentro del encuentro de Jóvenes en Formación celebrado con ocasión del Año de la Fe, el 6 de julio de 2013, que reunió a seminaristas, novicios y novicias procedentes de varias partes del mundo.
El rector del Seminario Conciliar de Madrid José Antonio Álvarez, que lleva desde junio de 2018 (anteriormente fue director espiritual y antes formador) participó hace diez años en el encuentro con Francisco.
“Siempre el encuentro con el Papa es un momento de gracia y de gozo. Recuerdo que Francisco resaltó en aquel momento dos ideas fundamentales: la alegría de vivir con el Señor y el amor a la vocación, que lleva al servicio de los hermanos. Nos advirtió de que no se puede vivir la vocación con tristeza o con caras de funeral como si fuera un riesgo o un peligro. Y cultivar la amistad con Jesús para servir al pueblo de Dios que sigue necesitando a sus ministros”, afirma a Religión Confidencial.
Perfil de los seminaristas madrileños
¿Cuál es el perfil de estos seminaristas madrileños? La mayoría de ellos son universitarios y algunos de ellos con experiencia profesional y la media de edad ronda los 25 y 26 años, “algo distinto a la década de los 90 donde muchos de ellos entraban con 18 años”. Otro pequeño grupo proviene del seminario menor y también hay algún otro mayor de 30 años.
José Antonio Álvarez explica que buena parte de ellos proceden de comunidades cristianas, parroquias o movimientos “donde hay vida apostólica entusiasta, oración y vida sacramental”.
Algunos de estos seminaristas entran después de un proceso de conversión. Otros de parroquias como las del Buen Suceso, San German, Bautismo del Señor, Edith Stein, Nuestra Señora del Consuelo de Vallecas o San Juan Crisóstomo. Y también de realidades de la Iglesia como los jóvenes de Effetá, Cursillo del Cristiandad, de los colegios o clubes del Opus Dei y de Hakuna.
Una formación integral
“Son hijos de nuestro tiempo, con ilusiones, ideales, y deseos de vivir una vida en plenitud”, expresa Álvarez. Por eso, el proceso formativo que se recibe en el Seminario contempla una formación integral para configurar “sacerdotes del Señor” y sacerdotes del siglo XXI. En el Seminario, las cuatro dimensiones de la formación (humana-afectiva, teológica, espiritual y pastoral) son esenciales “para ayudarles a vivir la fidelidad de cada día y para que adquieran fortaleza y madurez. Por eso, la formación es integral y no fragmentada”, explica el rector.
Otra dimensión que es relevante en el Seminario es la comunitaria, acompañar a los seminaristas a aprender a vivir y convivir en comunidad. Y por supuesto la dimensión pastoral, “estar al servicio del Pueblo de Dios en su relación con el Señor”.
Sobre el celibato
Respecto a las posturas de quienes piensan dentro de la Iglesia que el celibato debería revisarse, José Antonio Álvarez afirma que “en la actualidad, la cuestión del celibato no es una preocupación de los seminaristas. La viven con madurez, responsabilidad y de forma integral en el proceso de maduración de todas las dimensiones. Acogen el celibato como un don del Señor”.
En cambio, lo que realmente les preocupa a estos jóvenes es cómo ser sacerdotes en el siglo XXI, para dar respuestas a las inquietudes e interrogantes de las personas en medio de una sociedad tan secularizada.
“Les preocupa cómo hacer comprensible al hombre de hoy el gozo de la fe para que el mundo crea. Esto lo perciben como un reto. También les inquieta ciertas quiebras de algunos de sus hermanos sacerdotes”, explica.
Generación de sacerdotes
En Madrid, existen dos seminarios: el Conciliar de la archidiócesis y el otro misionero Redemptoris Mater que acoge a jóvenes que han descubierto la vocación dentro del Camino Neocatecumenal.
El Seminario Conciliar ha formado generaciones de sacerdotes “verdaderos testigos y servidores del Evangelio”, sin los cuales “no se comprenden muchas de las mejores páginas de la historia de Madrid”. Cerca de dos mil sacerdotes, ordenados desde 1906; algunos declarados santos por la Iglesia o a punto de serlo, veintitrés obispos, diecisiete de sus seminaristas mártires, constituyen la prueba de una fecundidad espiritual y apostólica.
