Nuevo arzobispo de Madrid: al Papa Francisco le gustan las sorpresas

1. Nombre decidido
2. Al margen de lo oficial
3. De las Heras
4. Sanz, Argüello
5. Iceta, Cerro
6. Ginés G. Beltrán, Cobo
7. Un nuncio, de la Curia
8. Al Papa le gustan las sorpresas
9. Obispo, discreto, espiritual
10. Cuidar a los sacerdotes
11. Sin mochilas

Este sábado, un nutrido grupo de cardenales, arzobispos y obispos españoles participaron en la consagración episcopal del nuevo obispo de Menorca, monseñor Gerard Villalonga, una persona querida y apreciada.

No pocos de ellos aprovecharon el fin de semana para despejarse, después de una semana de intensos trabajos, con una agenda pública y privada agotadora. Muchos habían sido los asuntos abordados –de los que seguiremos dando cuenta en sucesivas informaciones-. Uno de ellos destacaba en las conversaciones: el nombramiento del nuevo arzobispo de Madrid.

Nombre decidido

Se sabía, al inicio de la Plenaria, que el Papa ya había decidido el nombre, y que lo había comunicado a las personas competentes de la Curia. Lógicamente, no había llegado aún a España. Por lo tanto, lo que circulaban eran rumores, especulaciones, interpretaciones…

Es lógico pensar que una decisión de esta naturaleza, con tanta trascendencia, le había ocupado al papa no poco tiempo. Para el discernimiento había contado con la ayuda de la terna que envió el Nuncio, avalada por los informes que había solicitado.

Intervinieron de oficio la Congregación para los Obispos y la Secretaría de Estado. Un actor principal en este proceso es el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Juan José Omella, que además es miembro del G-9 pontificio y que toma hoy posesión de su cargo. 

Al margen de lo oficial

Pero el papa Francisco tiene también sus recursos informativos al margen de los oficiales. Por ejemplo, mantiene frecuente relación con algunas personas que viven en España, cristianos anónimos, diríamos.

Y, además, cuenta con algunos españoles en su entorno más inmediato, relaciones personales o espirituales de muchos años, aquilatadas por la relación espiritual. Por ejemplo, el jesuita español P. Germán Arana. 

No sería descartable que el Papa hubiera tenido que elegir, en última instancia, entre un nombre de los que le habían proporcionado los, llamémosles, canales oficiales, y otro sugerido por su entorno personal.

De las Heras

Durante semanas, incluso meses, se han barajado varios nombres que parecían estar en la primera línea de la propuesta. Con insistencia se había repetido que el hoy obispo de León, monseñor Luis Ángel de las Heras, era el candidato, inicialmente, del cardenal Osoro y, posteriormente también, del cardenal Omella. Tenía todas las papeletas.

Religioso claretiano, aval del cardenal Aquilino Bocos, línea directa con el Papa, con cierta experiencia de varias diócesis, aplaudido por determinados medios eclesiales. Pero, es posible que alguien pensara que estaba inmerso en una carrera meteórica, con demasiada ganas de salir de León y de ir a la siguiente diócesis. Tampoco la exposición mediática suele ser buena compañera en determinados procesos.

Sanz, Argüello

De los arzobispos españoles, siempre se ha hablado del de Oviedo, monseñor Jesús Sanz. Incomprensiblemente para los que le conocen de verdad, sobre el arzobispo de Oviedo se han propalado en Roma campañas de desprestigio que ahora han producido sus efectos.

Había quien incluso esperaba que monseñor Luis Argüello volviera a ser el candidato para Madrid. Si una vez se deshizo la operación para que fuera arzobispo coadjutor con derecho a sucesión, no parece que fuera oportuno intentarlo de nuevo.

Iceta, Cerro

También figuraba entre los nombres el arzobispo de Burgos monseñor Mario Iceta, uno de los más propuestos en la consulta de la Nunciatura. Iceta tiene el pecado original de haber sido obispo de Bilbao cuando el caso Gaztelueta. Hay demasiadas persona del entorno del papa implicadas, no se sabe por qué ni para qué, en ese caso.

A última hora adelantó muchos puestos, el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro. No es la primera vez en la historia que un arzobispo de Toledo está poco tiempo en esa sede antes de aterrizar en Madrid. Hombre cercano, de recia doctrina y espiritual, está demostrando que un particular interés por cuidar al clero de Toledo, algo que se necesita urgentemente en Madrid.

Ginés G. Beltrán, Cobo

También aparecieron de forma recurrente otros nombres, en este caso de obispos. El primero, el de Getafe, monseñor Ginés G. Beltrán, un candidato permanente, no solo para Madrid sino para el resto de las sedes metropolitanas que han estado, o están, vacantes. Entre otras razones por su buena relación con el cardenal Omella.

Se habló incluso del obispo auxiliar de Madrid, monseñor José Cobo. Un deseo de algunos que tienen altavoz, más que una posibilidad real.

No es descartable que se  haya podido barajar el nombre de algún sacerdote español, aún no obispo, como ocurriera en el caso de Lima (Perú).

Un nuncio, de la Curia

Para añadir más datos al proceso, se barajó la posibilidad de que el Papa estuviera pensando en un español que no se encontrara en España. El candidato más adecuado era un Nuncio, monseñor Alberto Ortega, actual delegado pontificio en Chile, antes en Jordania e Irak.

En algunos ámbitos circuló la posibilidad de que pudieran venir a Madrid algunos de los cardenales, o arzobispos, españoles de la Curia, por ejemplo el cardenal Miguel Ángel Ayuso o el cardenal de Rabat, el salesiano Cristóbal López Romero.

Al Papa le gustan las sorpresas

Nada de nada. Al papa Francisco le gustan las sorpresas. Además, siempre mira al futuro. Y eso también lo hace a la hora de preparar y nombrar a quienes van a ocupar cargos relevantes en la Iglesia.

Una vez analizado el contexto, sólo nos queda imaginarnos el perfil que se ha podido hacer el papa Francisco sobre quién puede ser el futuro arzobispo de Madrid. Lo que en técnica psicológica, y criminalística, se denomina el retrato robot. No es difícil este ejercicio, dado que el Papa Francisco lleva años hablando e insistiendo sobre el sacerdote y el obispo ideal que él propone para la Iglesia.

Obispo, discreto, espiritual

Un sacerdote que sea obispo, con lo que se descartan sorpresas como la del nombramiento de un nombre como el del actual arzobispo de Lima. En el caso de Madrid, una decisión así sería arriesgada.

Como dicen los escolásticos tardíos, el más o menos no cambia la especie. Por lo tanto no es tan relevante que lleve poco o mucho tiempo en su diócesis, como que haya tenido una intensa vida pastoral.

Discreto, sobre el que no se haya hablado o escrito mucho.

Cuidar a los sacerdotes

Un hombre misionero y espiritual, de segura doctrina, con un particular interés en la atención y el cuidado de los sacerdotes, una prioridad para Madrid en estos momentos.

Nacido en los primeros años sesenta, para que tenga un tiempo suficiente de ejercicio del ministerio episcopal en Madrid.

Con títulos académicos, no vaya a ser que a alguien se le ocurra montar una polémica sobre los estudios del arzobispo.

Preocupado por los pobres, las nuevas y las antiguas pobrezas.

Sin mochilas

De buen trato, popular, cercano y con carácter. Sobre todo inédito, para que no llegue con muchas mochilas ni condicionantes. 

Con capacidad para las relaciones públicas, para desenvolverse en las altas esferas de la política y la sociedad madrileña y española, sin que esta cuestión sea una prioridad para él, no vaya a ser que se obsesione con las dinámicas de poder. 

Ustedes se preguntaran. ¿Existe ese candidato? Existe. No se trata de armar el Belén, sino de un nuevo comienzo en la diócesis madrileña.