Juan María Uriarte: "No se ha trabajado bien el celibato en la formación de los seminaristas"

El obispo emérito de San Sebastián ha impartido una sesión formativa al clero burgalés, donde repasó el influjo que la sociedad actual tiene en la vida de los presbíteros

Juan Maria Uriarte.
Juan Maria Uriarte

El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, ha impartido una sesión de formación al clero burgalés, donde repasó el influjo que la sociedad actual tiene en la vida de los presbíteros. En su visita a la Archidiócesis de Burgos, confiesa su preocupación tan especial por los sacerdotes, porque considera que su situación existencial es ahora más "incómoda que en otros momentos y, por consiguiente, la interlocución y el apoyo son más necesarios". 

Desde su experiencia, afirma que, primer lugar, ese apoyo es necesario para analizar nuestra cultura y ver los impactos que tiene. Y en segundo lugar, para ver la problemática de la Iglesia y "nuestra eclesialidad, y ver también de qué manera repercute y de qué manera la vivimos", señala monseñor Uriarte. 

Problemática de los sacerdotes 

El obispo emérito de San Sebastián ha incidido también en esta sesión formativa en conocer la problemática interior que existe en el corazón de los sacerdotes, no solo el celibato, sino otras muchas aspiraciones y deseos de la afectividad, de la personalidad, del yo, "que hay que procurar no ahogar pero sí educar y convertir al evangelio. Y creo que en todo esto hacen falta personas que tengan cierta experiencia y conozcan y vivan la teología y que tengan una cierta preparación psicológica, que también es importante. La experiencia espiritual, la teología y la psicología: ninguna de ellas se da especialísimamente en mí, pero en las tres tengo algún cultivo y procuro expresarme", confiesa Uriarte. 

Sobre la situación del clero español, afirma no estar de acuerdo con las publicaciones malhadadas "en las que de ciertos problemas concretos y de ciertas personas concretas se hace una generalidad. Yo creo que la salud integral del clero no está peor que en ningún otro momento anterior. Yo diría que, incluso, está mejor, a pesar de que no me lo crean todos, yo estoy convencido. Pero también es verdad que tiene más necesidades porque la vida se ha complicado mucho, la situación de la fe en la gente es un problema mayor, y por consiguiente, los impactos que recibe el cura son mayores y hay que ayudarle a digerir estos impactos, sin paternalismos, fraternalmente". 

Crisis actuales de los presbíterios 

En relación a la crisis actual de los sacerdotes subraya que la crisis de la propia fe, que está sometida en este mundo de increencias también afecta al sacerdote creyente "que lleva dentro de sí también un potencial increyente. En segundo lugar, la crisis de la eficacia pastoral en una situación en la que, si antes las piedras se convertían en hijos de Abrahán, ahora muchos hijos de Abrahán se convierten en piedras… Eso produce una decepción que el sacerdote ha de saber gestionar. En tercer lugar, la crisis de la devaluación de la Iglesia, que no tiene el crédito moral del que gozaba en otros tiempos y que muchas veces está zarandeada públicamente". 

Sobre la vida célibe del presbítero afirma que "es una contestación espléndida y magnífica, pero también mucho más difícil que en otros momentos, precisamente porque el erotismo ambiental nos impregna". 

Sobre el celibato 

Respecto al celibato asevera: "no es una de las cosas que más se han trabajado explícitamente en la formación de los seminaristas y de los presbíteros jóvenes. Y este es un asunto que a mí me ha preocupado tanto que me ha conducido a escribir un libro relativamente gordo –El celibato, apuntes antropológicos, espirituales y teológicos con la idea de prestar una ayuda; un libro que ya se ha editado cuatro veces". 

Juan María Uriarte explica la crisis que tiene que afrontar el sacerdote debido a la devaluación social que existe contra la Iglesia: "Una devaluación que es debida, en gran parte, por la actitud mantenida por ciertos sacerdotes: pederastia, abusos de poder, y otros ejemplos moralmente inaceptables. ¿Qué ha fallado en la vida de los sacerdotes para cometer estos delitos?", se pregunta. 

Sobre la pederastia, el emérito de San Sebastián sostiene que tiene como razón fundamental "una gran inmadurez de las personas que caen en ella. Lo que está más claro de todos los estudios que se han hecho es esto: que el nivel de inmadurez de estas personas es tan grande que les conduce a no poder tener relación sexual más que con personas también inmaduras, como son los niños o las personas con discapacidad mental". 

 

Recuperar el prestigio social 

Para recuperar el prestigio social que el clero ha perdido, diferencia primero entre prestigio social y credibilidad social. "La credibilidad social es importante porque si no, nuestra palabra es multiplicada por menos uno y convertida en lo contrario. Sin embargo, el prestigio, el que uno sea considerado relevante en la sociedad, no es necesario ni conveniente para que el cura se adhiera a los valores evangélicos. Es mejor estar un poco azuzado por el exterior y no visto como un ser superior que esta muy mimado". 

Para monseñor Uriarte, la credibilidad se logra con el testimonio evangélico y sobre todo, con dos cosas: "que vean que cuando uno dice una palabra, la palabra que dice en la homilía, es una palabra como un vino que ha madurado bien en contacto con el roble y no como un vino químico. Y segundo, la debilidad para con la gente más pobre y más sencilla y más sola y tocada. Estos dos elementos son sustanciales del testimonio que puede hacer creíble la palabra y el evangelio que tenemos el gozoso deber de anunciar". 

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