Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de Granada con derecho a sucesión

Se habla de inminente nombramiento de Ginés García Beltrán, titular de Getafe, como arzobispo de Valencia

José María Gil Tamayo.
José María Gil Tamayo.

Previsiblemente, mañana sábado, día de la Virgen del Carmen, se hará público el nombramiento de José María Gil Tamayo como arzobispo coadjutor con derecho a sucesión de Granada

Gil Tamayo tomó posesión como obispo de Ávila el 15 de diciembre de 2018, por lo tanto no llegan a cuatro los años de su estancia en la diócesis. Ahora sustituirá a Javier Martínez, que cumplirá los setenta y cinco años el próximo 20 de diciembre. 

Se trata de un nombramiento que, según fuentes consultadas por Religión Confidencial conocedoras del proceso, sorprende por varias razones. 

Continuar la labor de Javier Martínez

En primer lugar porque, aunque la salud de Javier Martínez se haya visto deteriorada por el reciente accidente de tráfico, que le impide conducir, parece que la decisión de que recibiera un arzobispo coadjutor respondía al deseo de que el coadjutor continuara con las obras iniciadas por monseñor Martínez, entre las que hay que destacar, el proyecto de la Cartuja o las empresas formativas y culturales.

En este sentido, el nombre de José María Gil Tamayo no fue uno de los primeros que estuvieron sobre la mesa. La mirada se orientaba hacia algún sacerdote benemérito del sur de España, en una diócesis en la que monseñor Martínez ejerció el ministerio episcopal, o hacia algún obispo residencial español. 

Dudas sobre la figura de obispo coadjutor 

Además, en torno a este proceso de nombramiento de arzobispo coadjutor se añadieron algunos procesos en los que, al menos en Roma, se dudó sobre la conveniencia de esa figura. Entonces se barajó la posibilidad de esperar a que monseñor Martínez finalizara su mandato el próximo mes de diciembre o incluso la de nombrar un obispo auxiliar para no comprometer el futuro. 

Hay quien apunta, como explicación del hecho de que se nombre un arzobispo coadjutor a escasos meses de la presentación de la renuncia por edad de monseñor Martínez, a la existencia de un grave problema en la diócesis, con ineludibles repercusiones canónicas, que exigiera la presencia de un arzobispo coadjutor. 

Cardenal Omella

Lo que parece claro es que quien ha marcado la agenda de este nombramiento, y del que más adelante hablaremos, es el cardenal Juan José Omella, que mantiene una estrecha relación con Gil Tamayo. 

El cardenal Omella, avalado por la Comisión de nombramientos de obispos, habría intervenido en el proceso, en Madrid y en Roma, tanto a la hora de decidir la modalidad de sucesión apostólica en esa sede metropolitana, de la que dependen diócesis nada fáciles como la de Almería, como de la persona designada.  

 

La Universidad de Ávila

José María Gil Tamayo nació el 5 de junio de 1957 en Zalamea de la Serena (Badajoz). Pertenece al clero de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, en cuyo Seminario realizó los estudios sacerdotales, licenciándose posteriormente en Estudios Eclesiásticos en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Desarrolló su labor pastoral durante nueve años en pueblos rurales y se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra, Universidad que es su alma máter.

Ha sido secretario general de la Conferencia Episcopal Española en el quinquenio 2013-2018. El 6 de noviembre de 2018 se hizo público su nombramiento como obispo de Ávila. En la Asamblea Plenaria de abril de 2022 es el Presidente del Consejo de Estudios y Proyectos de la CEE.

Gil Tamayo fue uno de los primeros obispos españoles que tuvo el COVID, que superó con no pocas dificultades para su salud, hoy felizmente superadas.

Hace pocos días Religión Confidencial hizo público la que será una de las más importantes decisiones de Gil Tamayo en la diócesis de Ávila: la cesión de la propiedad de la Universidad Católica de Ávila a las Cruzadas de Santa María. 

Ginés García Beltrán a Valencia

Su nombramiento como arzobispo coadjutor de Granada con derecho a sucesión ha sido además facilitado por el hecho de que pertenece a la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal. Una Comisión que se va a convertir en el Comisión de los arzobispos, por el reciente nombramiento de monseñor Argüello como arzobispo de Valladolid. 

La comisión se consolidaría como de metropolitanos si se confirma el, parece ser, inminente nombramiento de monseñor Ginés García Beltrán como arzobispo de Valencia.  

Hubo quien consideraba que el actual obispo de Getafe era el candidato ideal para la Granada, su archidiócesis de origen. Sin embargo este argumento, y la necesidad de actuar con cierta premura en Valencia, habrían cambiado las previsiones iniciales.  

Brotons a Plasencia

El otro candidato que previsiblemente se anunciará mañana es el del sacerdote de Zaragoza Ernesto Brotons como obispo de Plasencia.  Brotons es director del Centro Regional de Estudios teológicos de Aragón (CRETA). Se le considera una persona cercana al cardenal Omella. 

No es la primera vez que el nombre de Brotons aparece en los medios de comunicación como candidato a una sede episcopal. Se habló de él cuando se produjo el proceso de nombramiento de monseñor Cerro Chávez como arzobispo de Toledo

Brotons, junto con monseñor José Antonio Satué Huerto, actual obispo de Teruel y Albarracín, vendrían a ser la guardia pretoriana del cardenal Juan José Omella en la Conferencia Episcopal, institución que preside desde el 3 de marzo de 2020. 

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