Explosión en Madrid: fallece el sacerdote Rubén Pérez, recibió la extremaunción de manos de su hermano

En el accidente murió también David Santos Muñoz, electricista de 35 años, padre de cuatro niños, feligrés de la parroquia, y que había ido a ayudar

Primera Homilía de Rubén Pérez Ayala.
Primera Homilía de Rubén Pérez Ayala.

La explosión ocurrida en Madrid este miércoles, 20 de enero, a las 15:00, en un edificio anexo a la parroquia Virgen de la Paloma (Calle Toledo 98), por una posible fuga de gas, se ha saldado con cuatro muertos y once heridos, según emergencias de Madrid.  Uno de los fallecidos es el sacerdote Ruben Pérez Ayala, del camino Neocatecumenal y uno de los presbíteros de la parroquia Virgen de la Paloma. 

Ruben, de 35 años de edad, operado de gravedad en el Hospital de la Paz, salió de la operación pero se encontraba en estado grave, según confirmaba a última hora de este miércoles el Twitter oficial de la parroquia Virgen de la Paloma. 

Donarse a los demás 

Según ha podido saber Religión Confidencial de amigos cercanos a Rubén, el sacerdote recibió la extremaunción de manos de su hermano Pablo, también presbítero.  La intervención, traumatológica, intentó reparar la pelvis que estaba completamente destrozada. Además, según las mismas fuentes, en el hospital le detectaron una mancha en el pulmón, de covid.  "Hemos preguntado qué expectativas de recuperación y nos han dicho que muy malas. Veremos en las próximas horas las noticias que nos dan", comentaban las mismas fuentes a RC.

Según ha podido saber RC, el sacerdote volvió a entrar una segunda vez en quirófano porque sangraba mucho. "Rubén ha salido de esta segunda operación y está en la UCI muy crítico. Estas horas son vitales", explicaban los conocidos del sacerdote. Finalmente, Rubén Pérez Ayala ha fallecido esta pasada madrugada. 

En una entrevista a la archidiócesis de Madrid, Rubén cuenta su vocación al sacerdocio: "He tenido la experiencia a lo largo de este tiempo de seminario de que la felicidad no está en vivirlo todo para uno mismo, sino en donarse a los demás", afirmaba. 

El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid ha mostrado su tristeza en Twitter: "Esta noche ha muerto el joven sacerdote Rubén Pérez Ayala, al que ordené hace apenas siete meses. Agradezco su vida de entrega a Cristo y a su Iglesia. Rezo por su familia. Pido también por los otros fallecidos tras la explosión en La Paloma y por todos los afectados". 

El vídeo recoge la homilía de la primera misa de Rubén Pérez Ayala el 21 de junio de 2020. 

Fallece David Santos 

El edificio anejo al templo, en el que se ubican dos pisos de los sacerdotes, varios locales parroquiales y de Cáritas, ha quedado destrozado. Los sacerdotes Gabriel Benedicto (vicario de la vicaria VI de la archidiócesis de Madrid) Alejandro Aravena, Moisés León y Matías Ernesto Quintana se encuentran bien, según confirma el arzobispado. 

Emergencias Madrid ha confirmado la muerte de tres personas. Entre los fallecidos se encuentra David Santos Muñoz, electricista de 35 años, padre de cuatro niños, y feligrés de la parroquia. Había ido a echar una mano y al principio de la tarde estaba desaparecido.

 

"David también era del camino Neocatecumenal y pertenecía a una comunidad de la parroquia. Estaba con Rubén arreglando la caldera cuando olieron a gas", explican a RC allegados de David. 

David Santos con su mujer y sus cuatro hijos.

Cerca de la viuda 

En estos duros momentos, la comunidad Neocatecumenal de la parroquia Virgen de la Paloma está muy cerca de la viuda, rezando por ella y apoyando en todo lo que pueda. 

El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, se ha desplazado al lugar de los hechos y ha pedido en su cuenta de Twitter rezar por la comunidad cristiana y por las víctimas.

Al conocer la noticia de la explosión, la Secretaría de Estado del Vaticano ha mandado un telegrama en el que el Papa Francisco hace llegar al arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, al clero y a "todos los hijos de ese amado pueblo", "su cercanía y afecto en estos duros momentos". 

Además, el Pontífice "eleva oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, así como a los heridos y a sus familias", y pidiendo "la maternal intercesión de Nuestra Señora de la Almudena" imparte "la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza cristiana en el Señor Resucitado". 

Telegrama del Santo Padre.

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