Beatificación de Conchita Barrecheguren en Granada: Murió con 22 años y su milagro fue la curación de una niña de 16 meses

Gil Tamayo: "¡Qué gran ejemplo el de Conchita para nuestros jóvenes granadinos! A ella los encomiendo, así como los frutos de la Jornada Mundial de la Juventud"

Conchita
Beatificación de Conchita Barrecheguren en Granada: Murió con 22 años y su milagro fue la curación de una niña de 16 meses.
  1. Ceremonia celebrada en la Catedral 
  2. Supo utilizar su tiempo y vivirlo intensamente 
  3. "¿Qué he hecho yo para ganar la vida eterna?"
  4. Su fe de "veinteañera"
  5. "Dios me quiere enferma" 
  6. Misa de acción de gracias 
Conchita
Imagen de Conchita Barrecheguren en la Catedral de Granada. 

La Archidiócesis de Granada cuenta desde ayer con una nueva beata granadina: Conchita Barrecheguren, que falleció en 1927 sin haber cumplido los 22 años víctima de la tuberculosis y cuyo milagro por intercesión ha sido reconocido por la Iglesia para su proclamación como beata, en la curación de una niña de 16 meses en Alicante.

La fecha litúrgica de la nueva beata será el 13 de mayo, coincidiendo con el día en que falleció.

Ceremonia celebrada en la Catedral 

La ceremonia, celebrada en la Catedral, ha estado presidida por el cardenal prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Mons. Marcello Semeraro, en representación del Papa Francisco. Junto a él, han concelebrado el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, el emérito D. Francisco Javier Martínez, y los obispos de Guadix, Córdoba, Jerez y el arzobispo emérito de Valencia.

Han concelebrado en torno a un centenar de sacerdotes y han participado en la ceremonia alrededor de 2.500 fieles, algunos de ellos procedentes de la provincia como Albuñol, Motril o Jayena; y de otras ciudades españolas como Salamanca o Alicante, ésta última donde reside la niña en la que la intercesión de Conchita ha obrado el milagro. Entre los fieles se encuentran familiares de la familia Barrecheguren, hasta un centenar. 

A la ceremonia también han asistido distintas autoridades civiles y militares, en representación de la ciudad de Granada y de la región en Andalucía.

Conchita enferma.
Conchita enferma.

Supo utilizar su tiempo y vivirlo intensamente 

La vida de Conchita fue breve. No llegó a cumplir veintidós años -más exactamente, veintiún años, cinco meses y dieciséis días-. Pese a ello, fue tiempo más que suficiente, para hacerse y construirse como mujer -como mujer cristiana-, y para desarrollar sus cualidades. Supo utilizar su tiempo y vivirlo intensamente.

En la carta pastoral del arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, con motivo de la beatificación de Conchita Barrecheguren, dice: "Con esta beatificación, la Santa Iglesia propone a Conchita como modelo de vida cristiana. Una ejemplaridad, que tiene principalmente estos tres rasgos: su vida familiar, que genera un espacio de crecimiento humano y cristiano donde brotan los frutos del Evangelio. Su juventud, vivida desde la fe en Jesucristo y que le lleva a descubrir su vocación como identificación con la voluntad de Dios. Su enfermedad, que le ayuda a interpretar la fragilidad de la vida humana y a ofrecerla a Dios junto con el Señor Jesús en la Cruz y la Eucaristía". 

"¿Qué he hecho yo para ganar la vida eterna?"

Gil Tamayo también destaca de ella que en sus pocos años fue capaz de madurar con el auxilio del Espíritu Santo como persona y cristiana. "Ella se siente responsable de su proceso de crecimiento y se preocupa de evolucionar para llegar a ser adulta, afrontar su enfermedad, superar sus miedos y responder de sí misma. Sabe ser valiente, impulsiva, ardorosa y, al mismo tiempo, dulce, paciente y equilibrada". 

Su madurez juvenil también es precocidad espiritual que se evidencia en sus escritos y que, ni entonces ni ahora, son propios de jóvenes de veinte años. Con motivo de su cumpleaños, escribe con humildad: “Hace 17 años que voy caminando rápidamente por la vida. Y en este transcurso de tiempo, ¿qué he hecho yo para ganar la vida eterna? He vivido como si hubiera sido criada para la tierra, he buscado siempre mis comodidades y caprichos. Me he olvidado muchas veces del fin para el que fui criada. Mis acciones, ¿las hacía todas puramente para Dios? ¿Era Dios el único fin de mis deseos? ¿Me he conformado siempre con su voluntad?” (Diario espiritual, 80).

Su fe de "veinteañera"

El arzobispo de Granada tamibién reconoce: "Si algo tiene su fe de “veinteañera” es firmeza, estabilidad y permanencia. ¡Qué gran ejemplo el de Conchita para nuestros jóvenes granadinos! A ella los encomiendo, así como los frutos espirituales de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en la que muchos de ellos participarán este verano en Lisboa". 

 

"Dios me quiere enferma" 

Conchita descubre que el Señor la quiere en la vida ordinaria de su casa, su familia, su juventud y, finalmente, en una enfermedad, que interpreta como llamada y vocación a identificarse con Jesucristo crucificado: “Dios me quiere enferma. A cada uno le señala su camino en este mundo, y el mío es éste. Estoy en la edad en que Dios da las vocaciones, y la mía es sufrir” (Diario espiritual, 53).

Misa de acción de gracias 

Tras la beatificación, el santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro acogerá la Eucaristía de acción de gracias hoy domingo 7 de mayo, a las 12 horas.
En este mismo santuario, cuyos restos de la nueva beata descansan desde el año 2007, está instalada la capilla, para veneración de los fieles y devotos, que seguirán rezando intercesiones y encomendándose a la joven nueva beata granadina: Conchita Barrechegueren. 

Conchita Barrecheguren. Cuadro idealizado en el Santuario del Perpetuo Socorro de Granada.
Conchita Barrecheguren. Cuadro idealizado en el Santuario del Perpetuo Socorro de Granada.

 

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