Se celebrará el 26 y 27 de mayo

Peregrinación en Tortosa para venerar la cinta que la Virgen entregó cuando se apareció en el siglo XII

Las madres benedictinas guardan una imagen mariana de esta devoción en la abadía colegio de la Santístima Trinidad de El Tiemblo

La Virgen de la Cinta de Tortosa.
La Virgen de la Cinta de Tortosa.

La Abadía-Colegio Santísima Trinidad de El Tiemblo celebra el Año Jubilar Mariano a la Virgen de la Cinta con una serie de actos los próximos 26 y 27 de mayo. El plato fuerte será el sábado 27 cuando las Madres Benedictinas acojan una peregrinación de un centenar de personas pertenecientes a la Real Archicofradía de la Virgen de la Cinta de Tortosa.

El primer día los escolares del centro tendrán su eucaristía y se acercarán a venerar la imagen, tras un acercamiento a lo largo de este de mes de mayo a esta advocación, patrona de Tortosa, lugar de origen de este culto mariano.

Este encuentro tendrá su punto álgido con la celebración de la Eucaristía en la iglesia a las 17.30 horas, para venerar la reliquia auténtica de la Virgen de la Cinta que los tortosinos acercarán ese día (un trozo extraído del original). Hay que señalar que esa tarde se podrá ganar el Jubileo con la debida preparación, tal y como ha señalado y concedido el Papa Francisco a la Diócesis de Tortosa, con motivo del cuarto centenario de la Fundación de la Real Archicofradía de la Virgen de la Cinta.

Este año de gracia concedido por el Santo Padre representa una gran alegría para la Abadía-Colegio de la Santísima Trinidad de El Tiemblo, y, por lo tanto, celebramos este Jubileo Mariano con regocijo ante la talla que tenemos en el coro del Monasterio. Esta imagen de Nuestra Señora de la Cinta es obra del escultor Inocencio Soriano-Montagut, realizada en 1957.

Datos sobre esta advocación mariana

La noche del 24 al 25 de marzo de 1178, treinta años después que el conde Ramón Berenguer IV ocupara la ciudad de Tortosa, la Madre de Dios, acompañada por san Pedro y san Pablo y un gran séquito de ángeles, se apareció a un sacerdote que acudía a la catedral para el rezo de maitines. La Virgen se dio a conocer al sorprendido clérigo y le hizo entrega del fajín o ceñidor que llevaba sobre su vestido; añadió que lo hacía como signo de afecto a los tortosinos, que habían sido muy buenos cristianos, hasta al punto de construir aquella iglesia catedral para la honra de su Hijo y de Ella.

El obispo, los canónigos y el clero tortosino recibieron aquel obsequio, -una cinta tejida a mano al estilo antiguo, de doce palmos de larga- la resguardaron en una caja de madera cerrada con llave, y, desde aquel momento, le rindieron veneración y culto. Fue el pueblo quien le dio en nombre que ahora tiene, la "Santa Cinta", y recuerda a la Virgen bajo esta advocación: la Madre de Dios de la Cinta.

Era costumbre rodear los vientres de las embarazadas con la cinta que, según la leyenda, la misma Virgen entregó a un canónigo en una visión. En el año 1617 se fundó la Cofradía de la santa Cinta que aprobó el Sumo Pontífice Paulo V. Los reyes de España pertenecen a la cofradía desde Felipe V y la Santa Cinta se envía a todos los embarazos de las reinas.

La Santa Cinta parece ser de seda blanca e hilo de plata, que se halla dividida en dos partes. Una está en el relicario grande que se guarda en el altar de la capilla de la Cinta en la catedral de Tortosa. Y la otra que se cree fue dividida para llevarla a los enfermos, está en un relicario más pequeño en la capilla de la sacristía mayor. Toda la Reliquia tiene unos doce palmos de longitud, y poco más de un palmo de anchura. 


 

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