Jesús Vidal, el obispo más joven de España: “Para cambiar el mundo tenemos que empezar a convertirnos obispos y curas”
El prelado, auxiliar de Madrid, se ha reunido con feligreses para hablar de la juventud y cómo transmitir la fe a las nuevas generaciones
El obispo auxiliar de Madrid, Jesús Vidal, el prelado más joven de España (43 años) ha mantenido un encuentro distendido con feligreses, algunos de ellos jóvenes, en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Madrid. Abierto y cercano, Vidal ha hablado del próximo Sínodo de los Obispos sobre la juventud y ha respondido a las preguntas de los asistentes.
Jesús Vidal sonríe continuamente, lo que no significa que no se tome en serio su charla centrada, fundamentalmente, en el próximo Sínodo de los Obispos. El moderador del encuentro fue Rodrigo Pinedo, director de medios del arzobispado de Madrid.
A don Jesús le suena todavía “raro” que le llamen monseñor, pero da vía libre a la gente para que le traten de usted, o de tu, le llamen don Jesús o simplemente, con su nombre de pila.
“El Papa tiene muchas virtudes, pero una de ellas es unir diferencias. El insiste en la unión de generaciones”, dijo al inicio de su encuentro, al que acudió Religión Confidencial.
La primera pregunta que lanzó fue: ¿por qué hay tan pocos jóvenes en la Iglesia, que sucede? Esta es una de las cuestiones que se debatirá en el próximo Sínodo de los Obispos.
Qué piden los jóvenes
Jesús Vidal enumeró algunas respuestas que los jóvenes han dado en el cuestionario elaborado por la Santa Sede. “Piden a la Iglesia que se les escuche y se les entienda. También quieren una Iglesia más comprometida y que mire al mundo, que acoja, que acepte las diferencias, una Iglesia más moderna, alegre y viva”, manifestó Vidal, que recibió la ordenación episcopal por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro el pasado sábado 17 de febrero.
Asimismo, el rector del Seminario Conciliar de Madrid consideró que los sacerdotes, como hombres de discernimiento, deben dejar al joven que tomen sus propias decisiones, ayudarles a reconocer, interpretar y a elegir, sin sustituirles. “No podemos ahorrar al joven el dolor de la dificultad en el amor, la carrera, en el fracaso. No podemos darles todas las soluciones, ellos mismos tienen que buscarlas”, apuntó.
Asimismo, lanzó tres preguntas a los asistentes, extraídas también del cuestionario del Sínodo de los Obispos: cuáles son los desafíos y oportunidades del mundo actual para los jóvenes, que sueñan y que esperan del mundo y de la Iglesia; quién es Jesucristo para ellos y, por último, qué estilo de Iglesia quieren: “Buscan una Iglesia luminosa, atractiva y debemos preguntar al joven si está dispuesto a implicarse”.
Preguntas de los asistentes
Uno de los feligreses cuestionó a don Jesús que si tan poca gente va a la Iglesia, es que no sabemos transmitir bien la fe. El obispo auxiliar recordó lo que decía la madre Teresa: “Yo solo puedo cambiarme a mí misma”. Y subrayó: “Perdemos mucho el tiempo en disputas entre nosotros. Para cambiar el mundo, debemos empezar los obispos y los curas a convertirnos a Jesucristo”.
En este sentido, subrayó que la conversión de un obispo y un sacerdote, al igual que las de todos, es preguntarnos si ahora soy mejor que hace diez años, si he crecido, si tengo más capacidad de acogida, o bien, si las heridas de la vida me han hecho más amargado.
Otra madre trasladó a Jesús Vidal qué hacer cuando los hijos abandonan la fe. “Creo que primero hay que preguntárselo a él y tomar en serio su respuesta. Ellos quieren ser protagonistas de su propia vida, no quiere vivir cosas enlatadas y necesitan hacer propia su experiencia, los jóvenes viven mucho de probar. Nosotros debemos aprender de Jesucristo, escucharles, no juzgarles y no tener miedo a que los jóvenes se hieran”.
Finalizó su respuesta con una comparación. El padre tiene que ser consciente de que su única misión es ser la luz de la pista de aterrizaje y permanecer allí firme por si el hijo quiera volver.
Un joven le pidió al obispo que haya más conexión entre los colegios y las parroquias. Y otra persona también le sugirió que los sacerdotes líderes, capaz de convencer, estén en primera fila y que se instruyan bien a los sacerdotes para ofrecer homilías capaces de transmitir.