Libros que nos hacen mejores personas 

Mariano Fazio nos sorprende con una propuesta de clásicos de la literatura italiana: la Divina Comedia, Los Novios o Pinocho

Mariano Fazio.
Mariano Fazio.

Menos mal que a don Mariano Fazio las tareas como Vicario Auxiliar en el Opus Dei no le han impedido seguir con su proyecto pedagógico. Desde hace tiempo nos viene, paulatinamente, sorprendiendo con una serie de libros en los que lleva adelante un itinerario de formación de la conciencia humana y cristiana a partir de lo que se ha denominado “grandes libros”. 

Es decir, clásicos universales de la literatura, referentes de la civilización y de la cultura occidental y cristiana. Se parece mucho este proyecto a lo que Leo Strauss introdujo en la Universidad de Chicago, la formación a través de los Grandes Libros. 

La serie, al menos en España, comienza con “Seis grandes escritores rusos”, continúa con “El siglo de Oro español” al que se le debe añadir, por diversas razones,  “El universo de Dickens”. Y ahora nos sorprende con éste dedicado a una propuesta de clásicos de la literatura italiana: la Divina Comedia, Los Novios, Pinocho –tan actual como la nueva versión cinematográfica-, Corazón y Don Camilo y Pepone.

La Divina Comedia y los Novios

En esta ocasión a don Mariano se le nota su alma italo-argentina. Son constantes sus referencias familiares y sus recuerdos de sus años de formación. Esto hace que la introspección del “alma italiana”, de sus raíces, de sus expresiones, ocupe un lugar no desdeñable. Un alma, por cierto, que no puede obviar esa ligazón con la Roma de los papas, las colinas sobre las que se asienta el trono de Pedro y que configuran, entre otros aspectos, ese orgullo universal de ser el centro de la catolicidad.

Es cierto que en este libro hay una especie de desequilibrio. Con razón, don Mariano le dedica más espacio a las dos primeras obras, “La Divina Comedia” de Dante y “Los Novios” de Manzoni. Por cierto que la editorial Rialp acaba de presentar un renovada edición de la obra de Manzoni que merece mucho la pena.

En gran media este “viaggio in Italia” literario es una propuesta de libros que nos pueden hacer mejores. Mejores personas y mejores cristianos. De cada uno de ellos, nuestro autor sobresaca una o varias enseñanzas, pretende acompañar al lector en la lectura. Porque ciertamente el efecto que producen estas lecciones de literatura, no pocas veces comparada, son la invitación a recurrir a las fuentes o a releer estos clásicos en búsqueda de los matices que han podido pasar inadvertidos o de una mayor profundización.

El esquema de análisis de los libros suele tener una estructura común. De una inicial descripción de la vida del autor, en el contexto de sus circunstancias vitales, se pasa a una explicación del argumento, la trama, el drama, para luego analizar con detalle los personajes principales y los grandes temas del libro. En este sentido hay que destacar que don Mario Fazio es un gran conocedor de la historia contemporánea, a la que ha dedicado varios libros. Y esto es un valor añadido.

Un palabra sintética de cada uno de los textos 

De la Divina Comedia quizá haya que recordar lo que dijera el gran E. Gilson: “La felicidad temporal del individuo a través de la sabiduría humana: esta es la lección ofrecida por el Convivio. La salvación temporal de la humanidad a través del Imperio: esta es la lección del De Monarchia. La salvación eterna de los hombres a través de la Iglesia: esta es la enseñaza última de la Divina Comedia”. Un libro que pone en primer plano la cuestión del deseo, hoy tan de moda. Deseo solo satisfecho por los “vínculos de amor”. Dice don Mariano que “el deseo de felicidad solo se paga si nos unimos no a los objetos limitados, terrenos, caducos, sino la Amor, que mueve le sol y las demás estrellas”.

De Manzoni, amigo de Rosmini –un dato para mí desconocido y de gran interés- podemos recordar lo que escribiera Vittorio Benzo después de leer esa gran novela, tan querida por le papa Francisco: “Sentí que me convertía en una mejor persona, o al menos se suscitó en mí el deseo de mejorar”.

 

“Las aventuras de Pinocho” de Carlo Collodi (1826-1890), comentario que sigue de cerca al clásico estudio del cardenal Giacomo Biffi, nos habla de esa madera común de la que todos estamos hechos.

“Corazón” de Edmondo de Amicis (1846-1908) nos hace una propuesta de las virtudes humanas que no se entiende fuera de la lógica de los Evangelios, por mucho que se haya dicho que este libro no era cristiano o que se haya resaltado la pertenencia a la masonería de su autor.

Y por último Don Camilo y Pepón, de Giovannino Guareschi (1908-1968), un clásico, sin olvidar sus versiones cinematográficas, que nos enseña a conjugar el verbo dialogar, ponerse en el lugar del otro y, no en menor media, estar centrados en lo fundamental.

Cinco clásicos italianos

Mariano Fazio

Rialp

Cinco Clásicos.

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